Los abortos y embarazos no deseados en estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz se redujeron en un 91,7 por ciento en los últimos cinco años, gracias a la incorporación de los servicios de planificación familiar y salud reproductiva en el sistema médico de esta casa de estudios, y por la aparición de la píldora del día después.
Estos datos se evidencian en un estudio realizado en 2008 por la Dirección de Salud de la UMSA, que además detectó que la colpitis bacteriana —una infección vaginal— es la enfermedad más recurrente en la población estudiantil femenina, y que el método más empleado es el anticonceptivo oral.
La doctora Lucy Ariñez, encargada de la Unidad de Ginecología de la universidad estatal, explicó que entre 2003 y 2004 su consultorio atendía “entre diez y 12 universitarias con embarazos no deseados por mes. Sin embargo, en 2008, esta cifra se redujo significativamente porque en todo el año sólo hubo 12 casos, que equivalen a uno mensual”.
Para el jefe de la División de Salud , Víctor Farfán, “este avance es resultado del trabajo de promoción en salud que realiza este departamento, que permanentemente está en campañas de información y orientación sobre la sexualidad”.
Consecuencia directa de la reducción de embarazos es la baja de abortos. “Antes —señala Ariñez— las estudiantes acudían con embarazos de seis o siete semanas, como promedio, y luego de que eran diagnosticadas desaparecían. La mayoría, no obstante, volvía al poco tiempo, ya sin gestación, y confesaba haber abortado”.
“En algunos casos —añade— presentaban procesos infecciosos debido a que generalmente los legrados se hacen en malas condiciones higiénicas, y había que curarlas para evitar complicaciones”.
El 49,5 por ciento de los estudiantes de la UMSA son mujeres, vale decir, 34.155 de un total de 69.000. Más del 90 por ciento de las universitarias, según consta en el informe, tienen entre 18 y 30 años, la etapa ideal de la fertilidad.
En 2008, un total de 2.568 jóvenes requirieron consultas ginecológicas y de obstetricia prenatal en el consultorio que funciona en el Monoblock.
Más información
De acuerdo con el estudio, el método anticonceptivo más empleado en la universidad pública más grande del país es la píldora. El registro de la División de Salud muestra que 192 estudiantes —que equivalen al 42 por ciento de las atendidas— siguieron ese tratamiento en la pasada gestión.
En orden decreciente le sigue el anticonceptivo de emergencia o píldora del día después con 96 casos (21 por ciento); la inyección, 84 (18 por ciento); los métodos de barrera —preservativo o diafragma—, 48 (11 por ciento), y el dispositivo intrauterino que fue empleado por 36 mujeres, es decir, un 8 por ciento.
Según Ariñez, la píldora del día después —comercializada en el país desde hace dos años— “es un método que está al alcance popular y es evidente que desde que apareció, contribuyó altamente a evitar los embarazos no planificados”.
En su criterio, este medicamento no es abortivo porque su acción consiste sólo en retardar el ciclo de ovulación. “De todas maneras —agrega— y a pesar de que su expendio es libre, no debe ser utilizado de manera rutinaria. Sólo en casos de emergencia, entre 24 y 72 horas después de una relación sexual sin protección”.
De acuerdo con los registros del Departamento de Bienestar Social de la UMSA —del que depende la División Salud—, las que más asisten a las consultas ginecológicas son las estudiantes de las facultades de Humanidades, Ciencias Sociales y Ciencias Puras, y por carreras, las que cursan Economía, Derecho, Medicina y Bioquímica, en ese orden.
En 2008, el servicio médico gratuito —a sola presentación de la matrícula universitaria— registró 2.208 atenciones ginecológicas (infecciones, enfermedades del aparato reproductor o planificación familiar) y 360 prestaciones obstétricas, relacionadas con el embarazo y el parto.
Un total de 456 estudiantes —el 69 por ciento de las tratadas— recibieron información y orientación sexual, la mayoría en compañía de sus parejas. Según Ariñez, otro de los servicios esenciales de la consulta a su cargo es la toma de muestras cervicales para la prueba del papanicolao, un estudio necesario para la prevención y detección del cáncer del cuello uterino y otras enfermedades. “Es recomendable —sostiene— que se lo realicen una o dos veces al año todas las mujeres que tengan vida sexual activa. El año pasado en la UMSA efectuamos 204 de estos controles”.
Infecciones vaginales, el mal más común
De un total de 2.208 pacientes que en 2008 requirieron consultas ginecológicas en la División Salud de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), 1.548 (el 70 por ciento) presentaron infecciones o enfermedades y 660 (el 30 por ciento) se efectuaron pruebas de papanicolao o requirieron orientación sexual o de planificación familiar.
El estudio ginecológico dirigido por la doctora Lucy Ariñez señala que la patología más frecuente de las universitarias atendidas fue la colpitis bacteriana, una infección vaginal que puede ser de trasmisión sexual, de la que se registraron 384 casos. En segundo lugar —con 228 casos— están los ovarios poliquísticos, una enfermedad causada por desórdenes hormonales.
Se registraron 192 muchachas con sangrado uterino anormal; 180 con colpitis micótica (infección vaginal causada por hongos) y 168 con cistitis, una inflamación en las vías urinarias.
Le siguen la colpitis por gardenella (provocada por el germen gardenella vaginalis), con 48 casos. Los restantes 348 casos corresponden a otros padecimientos como vulvitis, infecciones urinarias o problemas en las mamas.
Ariñez comentó que no hubo ningún caso de virus de inmunodeficiencia humana (VIH), “pero sí hubo algunas sospechas, en las cuales se derivó a las afectadas al Centro Piloto o al Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (Inlasa), que son las entidades autorizadas y capacitadas para efectuar las pruebas respectivas”.
Más datos
La Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) tiene actualmente 69.000 alumnos.
El 49,5 por ciento de esta población es femenina, es decir, 34.155.
La División Salud de esta casa de estudios tiene consultorios de atención gratuita.
Funcionan detrás del Monoblock y se accede por la calle Juan José Pérez.
La atención se da en ginecología y otras áreas, como medicina general y odontología.
Estos datos se evidencian en un estudio realizado en 2008 por la Dirección de Salud de la UMSA, que además detectó que la colpitis bacteriana —una infección vaginal— es la enfermedad más recurrente en la población estudiantil femenina, y que el método más empleado es el anticonceptivo oral.
La doctora Lucy Ariñez, encargada de la Unidad de Ginecología de la universidad estatal, explicó que entre 2003 y 2004 su consultorio atendía “entre diez y 12 universitarias con embarazos no deseados por mes. Sin embargo, en 2008, esta cifra se redujo significativamente porque en todo el año sólo hubo 12 casos, que equivalen a uno mensual”.
Para el jefe de la División de Salud , Víctor Farfán, “este avance es resultado del trabajo de promoción en salud que realiza este departamento, que permanentemente está en campañas de información y orientación sobre la sexualidad”.
Consecuencia directa de la reducción de embarazos es la baja de abortos. “Antes —señala Ariñez— las estudiantes acudían con embarazos de seis o siete semanas, como promedio, y luego de que eran diagnosticadas desaparecían. La mayoría, no obstante, volvía al poco tiempo, ya sin gestación, y confesaba haber abortado”.
“En algunos casos —añade— presentaban procesos infecciosos debido a que generalmente los legrados se hacen en malas condiciones higiénicas, y había que curarlas para evitar complicaciones”.
El 49,5 por ciento de los estudiantes de la UMSA son mujeres, vale decir, 34.155 de un total de 69.000. Más del 90 por ciento de las universitarias, según consta en el informe, tienen entre 18 y 30 años, la etapa ideal de la fertilidad.
En 2008, un total de 2.568 jóvenes requirieron consultas ginecológicas y de obstetricia prenatal en el consultorio que funciona en el Monoblock.
Más información
De acuerdo con el estudio, el método anticonceptivo más empleado en la universidad pública más grande del país es la píldora. El registro de la División de Salud muestra que 192 estudiantes —que equivalen al 42 por ciento de las atendidas— siguieron ese tratamiento en la pasada gestión.
En orden decreciente le sigue el anticonceptivo de emergencia o píldora del día después con 96 casos (21 por ciento); la inyección, 84 (18 por ciento); los métodos de barrera —preservativo o diafragma—, 48 (11 por ciento), y el dispositivo intrauterino que fue empleado por 36 mujeres, es decir, un 8 por ciento.
Según Ariñez, la píldora del día después —comercializada en el país desde hace dos años— “es un método que está al alcance popular y es evidente que desde que apareció, contribuyó altamente a evitar los embarazos no planificados”.
En su criterio, este medicamento no es abortivo porque su acción consiste sólo en retardar el ciclo de ovulación. “De todas maneras —agrega— y a pesar de que su expendio es libre, no debe ser utilizado de manera rutinaria. Sólo en casos de emergencia, entre 24 y 72 horas después de una relación sexual sin protección”.
De acuerdo con los registros del Departamento de Bienestar Social de la UMSA —del que depende la División Salud—, las que más asisten a las consultas ginecológicas son las estudiantes de las facultades de Humanidades, Ciencias Sociales y Ciencias Puras, y por carreras, las que cursan Economía, Derecho, Medicina y Bioquímica, en ese orden.
En 2008, el servicio médico gratuito —a sola presentación de la matrícula universitaria— registró 2.208 atenciones ginecológicas (infecciones, enfermedades del aparato reproductor o planificación familiar) y 360 prestaciones obstétricas, relacionadas con el embarazo y el parto.
Un total de 456 estudiantes —el 69 por ciento de las tratadas— recibieron información y orientación sexual, la mayoría en compañía de sus parejas. Según Ariñez, otro de los servicios esenciales de la consulta a su cargo es la toma de muestras cervicales para la prueba del papanicolao, un estudio necesario para la prevención y detección del cáncer del cuello uterino y otras enfermedades. “Es recomendable —sostiene— que se lo realicen una o dos veces al año todas las mujeres que tengan vida sexual activa. El año pasado en la UMSA efectuamos 204 de estos controles”.
Infecciones vaginales, el mal más común
De un total de 2.208 pacientes que en 2008 requirieron consultas ginecológicas en la División Salud de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), 1.548 (el 70 por ciento) presentaron infecciones o enfermedades y 660 (el 30 por ciento) se efectuaron pruebas de papanicolao o requirieron orientación sexual o de planificación familiar.
El estudio ginecológico dirigido por la doctora Lucy Ariñez señala que la patología más frecuente de las universitarias atendidas fue la colpitis bacteriana, una infección vaginal que puede ser de trasmisión sexual, de la que se registraron 384 casos. En segundo lugar —con 228 casos— están los ovarios poliquísticos, una enfermedad causada por desórdenes hormonales.
Se registraron 192 muchachas con sangrado uterino anormal; 180 con colpitis micótica (infección vaginal causada por hongos) y 168 con cistitis, una inflamación en las vías urinarias.
Le siguen la colpitis por gardenella (provocada por el germen gardenella vaginalis), con 48 casos. Los restantes 348 casos corresponden a otros padecimientos como vulvitis, infecciones urinarias o problemas en las mamas.
Ariñez comentó que no hubo ningún caso de virus de inmunodeficiencia humana (VIH), “pero sí hubo algunas sospechas, en las cuales se derivó a las afectadas al Centro Piloto o al Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (Inlasa), que son las entidades autorizadas y capacitadas para efectuar las pruebas respectivas”.
Más datos
La Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) tiene actualmente 69.000 alumnos.
El 49,5 por ciento de esta población es femenina, es decir, 34.155.
La División Salud de esta casa de estudios tiene consultorios de atención gratuita.
Funcionan detrás del Monoblock y se accede por la calle Juan José Pérez.
La atención se da en ginecología y otras áreas, como medicina general y odontología.
El servicio exclusivo para universitarios es gratuito a sola presentación de la matrícula.
Durante 2008, el consultorio ginecológico atendió a 2.568 estudiantes.
De éstas, 2.208 requirieron atención ginecológica y 360, servicios de obstetricia.
El padecimiento más común fue la colpitis bacteriana que afectó a 384 mujeres.
En 2003, se atendieron hasta 12 casos de embarazos no deseados; en 2008, se dio uno por mes.
Algunos detalles
Los consultorios de la UMSA atienden de lunes a viernes de 17.30 a 20.30.
La universidad estatal tiene convenios con laboratorios y hospitales.
Las estudiantes embarazadas reciben apoyo médico y orientación nutricional.
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