La Carrera de Arquitectura de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) propone tres diferentes modelos de casas ecológicas hechas con botellas pet, paneles de ladrillos y de polietileno (gangochos rellenos de arena o tierra).
Franz Soria Galvarro, docente de la materia Edificación III, de la Carrera de Arquitectura, afirma que estos prototipos tienen la finalidad de dar a conocer a la población, “especialmente a la de bajos recursos”, que es posible construir viviendas habitables con estos materiales.
Cada uno de estos modelos rebaja en más del 50 por ciento el costo de producir una vivienda con materiales convencionales. Por ejemplo, una habitación de ladrillo, cemento y fierro cuesta unos 21.000 bolivianos, pero los modelos propuestos por Arquitectura valen entre 8.000 y 10.000 bolivianos.
El uso de estos materiales en la construcción de viviendas resulta novedoso en el país, pero no lo es en Argentina, Perú, Chile Paraguay, Uruguay, entre otros, donde ya tienen casas de estas características. De todos modos, la primera casa elaborada con botellas pet en Bolivia se la edificó en la ciudad de Santa Cruz en 2000.
Los tres prototipos son construidos por más de 60 alumnos de tercer año de Arquitectura en predios de esta facultad, en el Campus Universitario de Cota Cota.
Se trata de tres habitaciones antisísmicas, cada una con distinto material, construidas sobre 37 metros cuadrados.
Daniel Rivas, representante de los 25 alumnos que construyen la casa de botellas pet, indica que para la edificación de las paredes de esta vivienda se requieren 25.000 botellas, en su mayoría de dos litros, pero también se usan envases de todo tamaño.
Esos envases son llenados con arena o tierra. Deben estar “bien recargados” para colocarlos como ladrillos. Las bocas de las botellas se orientan al interior de la vivienda, y son amarradas con pitas para que se mantengan firmes.
Los huecos entre las uniones de las botellas son utilizados para la instalación eléctrica o sanitaria.
Actualmente, los estudiantes trabajan en la obra gruesa de la vivienda. Rivas comenta que “cada uno de los 25 chicos que están en el grupo debe llenar a la semana 40 botellas pet y los sábados tienen que construir la casa”.
La obra inició el 3 de octubre y concluirá a fines de diciembre, porque los alumnos no trabajan en el área de manera continua. Gróver Chuquimia, otro de los estudiantes del grupo, explicó que un albañil a tiempo completo la concluiría en tres semanas con el colocado de los techos de teja.
Ninfa Quisberth, otra estudiante, explica que, para la obra fina, se revocará por dentro con estuco, pero no se cubrirán las tapas de las botellas y tampoco una parte del exterior para que se pueda identificar el material con que fue construido.
En el caso de la vivienda de paneles de ladrillo o de cerámica, su principal característica es que los ladrillos no son usados de manera horizontal como en cualquier construcción, sino colocados en forma vertical para armar bloques, cada uno de 40 centímetros de ancho por 2,19 metros de alto. El material se une con fierros delgados y cemento.
Jhon Cori, representante del grupo de 20 alumnos que trabajan con este material, asegura que esa forma de colocado facilita que las instalaciones, de electricidad o sanitarias, crucen directamente por las ranuras de la cerámica.
“Otro de los beneficios —asegura Jhony Mamani, otro alumno— es que con los bloques la construcción se hace en menos tiempo”.
El costo total de la vivienda es 10.000 bolivianos; con el colocado tradicional se eroga el doble. La vivienda que se construye de esta forma es cuadrada y en el techo se colocarán tejas. Inicialmente se pensó que la cubierta también consistiera de los mismos bloques, pero “éstos son pesados”.
El último prototipo hecho con los “superadobes”, o bolsas de gangocho, tiene una base circular. “En realidad es una tira de gangocho que está llena de arena”, afirma Edwin Carvajal, representante del grupo de estudiantes.
Carvajal explica que, como la planta de esta vivienda es circular, el techo terminará como una cúpula y el edificio se verá como una colmena.
De acuerdo con Leyna Lavadense, otra estudiante de tercer año de la Carrera de Arquitectura, esta construcción tendrá gran resistencia, porque entre uno y otro gangocho se debe colocar alambre de púas para sostener los bloques.
La vivienda cuesta 8.000 bolivianos. La obra tendrá un revoque interior y exterior de cal. Las tres obras tendrán puertas y ventanas de madera o de hierro forjado, al estilo convencional.
Una vez que se concluyan los tres prototipos, se los dejará a la Carrera de Arquitectura para que pueda darles utilidad. Según Soria Galvarro, lo más probable es que estos ambientes sirvan como laboratorios para enseñanza y aprendizaje de los universitarios.
Con los materiales ecológicos, el costo por casa llega a 10.000 bolivianos.
Proyectos
La carrera de Arquitectura es la primera en aventurarse a construir en la ciudad de La Paz viviendas con materiales reciclados.
Alrededor de 60 alumnos de esa carrera trabajan en este proyecto, que se concluirá en diciembre.
Cada grupo tienen unos 20 alumnos para cada prototipo: botellas pet, paneles de ladrillos y “superadobes”.
Lo moroso de la propuesta de las viviendas de botellas pet es el llenado de éstas con arena. Se tarda de 20 a 25 minutos por cada una.
En el prototipo de los paneles de ladrillo, cada bloque está compuesto por 18 ladrillos repartidos en dos filas.
Respecto de los “superadobes”, éstos deben tener un espesor de 45 y 50 centímetros para que las paredes sean compactas.
Santa Cruz es la primera ciudad del país donde se experimentó en la construcción con material reciclable: botellas pet.
Una habitación convencional llega a costar hasta 21.000 bolivianos.
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