miércoles, 23 de diciembre de 2009

En 1.600 hectáreas Centro Experimental Condoriri es una prometedora región de producción agrícola

El Centro Experimental Agropecuario Condoriri, ubicado a 49 kilómetros al Noreste de la ciudad, se convierte en un área de producción agrícola, donde se experimenta el mejoramiento de ganado camélido y vacuno además de cultivarse nuevos frutales a través de métodos que son innovados según la investigación que realizan alumnos y docentes de la Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias.

Los logros fueron constatados en visita realizada al centro, por autoridades de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), representantes de instituciones que firmaron convenios para la ejecución de proyectos y miembros de la prensa local.

En la oportunidad, el decano de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Veterinarias, Ermindo Barrientos, explicó que el trabajo de mejoramiento y reproducción en varias áreas, se realiza en 1.600 hectáreas destinadas a realizar un trabajo productivo en terrenos que son de propiedad de la UTO.

Para el efecto, se realiza el uso y manejo de suelos, en las serranías y praderas nativas que constituyen alrededor del 80 por ciento de sembradíos de alfalfa.

“Este no es momento para mostrar los campos puesto que recién caen las lluvias y dentro de dos meses se podrá apreciar la vegetación donde se percibe las diferencias, como los cultivos anuales de cereales para forraje de animales en una cantidad de 60 a 80 hectáreas, para quinua alrededor de 10 hectáreas y así sucesivamente para cultivos menores aunque existe posibilidades de incrementar, pero existe problemas con el uso de los suelos”, dijo.

HUERTOS

Hace unos quince años se encontró en el lugar plantas de ciruelos y actualmente se realiza experimentos para establecer huertos frutales no solo en Condoriri, también en Challapata, Salinas de Garci Mendoza y otros centros.

Las especias que se adaptan al altiplano según la explicación de Barrientos, son las manzanas como en Huari y Challapata, mediante dos vías, una por semilla que tarda entre 7 a 8 años en reproducirse y dar frutos y la otra mediante injertos que es un proceso rápido que no dura más que un par de meses, según se pudo apreciar.

“Estamos trayendo estas plantas de Cochabamba para aclimatarlas durante dos meses en el vivero de la facultad y una vez aclimatadas se las lleva al campo por estar prendidas ya se encuentran con los primeros botones florales”, narró.

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