Directora del Programa México del Center International Development JF Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, especialista en temas de reforma del Estado, papel de la política y la gobernanza, afirma que las universidades en América Latina cumplen un rol académico importante pero insuficiente, ya que el conocimiento que generan aún está alejado de las necesidades de los países para su desarrollo sostenible.
Svetlana Salvatierra
- Hace 15 años apoyó la creación de un programa pionero de maestrías para el desarrollo. ¿Qué evaluación tiene?
- Estoy muy impresionada de lo que se ha logrado, tanto por parte de la UCB como de MpD, respecto a la formación de líderes y del grupo de profesores. La importancia central es que se ayudó a educar a personas para que trabajen en instituciones públicas y dentro de ellas puedan dar una línea de trabajo. En segundo lugar, puso un estándar muy alto en la educación superior boliviana. El tercer elemento es la capacidad de MpD de llevar la educación superior no sólo a una élite, sino a emprendedores, a pymes emprendedoras que no estaban acostumbradas a recibir este tipo de educación superior calificada.
- ¿Qué análisis tiene sobre las políticas públicas en el tema educativo para el desarrollo?
- El rol o la forma en que encara la Escuela de Gobierno JF Kennedy de la Universidad de Harvard su currículo es enfocarse hacia las técnicas analíticas, la gestión política y la gestión de las organizaciones para que las personas puedan realmente lograr cambios en sus instituciones y en la sociedad. MpD logró comprender que las personas que trabajan en el servicio público deben lograr la diferencia en la sociedad. Las capacidades técnicas y el conocimiento teórico están detrás de sus acciones para lograr el cambio en el terreno.
- Teóricos y empíricos es un tema de discusión respecto a quienes ahora están trabajando en el Estado y en la elaboración de políticas públicas...
- Es una cuestión muy importante y a la vez muy complicada. Las universidades tienen muchos roles y uno de ellos es hacer el trabajo académico. El rol más importante de la universidad es permitir que exista una libertad académica muy grande, donde se genere un debate amplio de ideas.
- Sin embargo, el día a día parece más urgente.
- Es verdad, es difícil para la gente que es netamente académica comunicarse con gente que está en la parte práctica y trabajando en el Gobierno, y no se comunican mucho; son dos mundos diferentes. Pero también la universidad cumple un rol aglutinador.
- En el proceso de cambio que vive Bolivia se da el encuentro de estos dos mundos. ¿Qué opciones existen para avanzar?
Una pregunta difícil. El definir opciones de políticas definitivamente es un tema técnico y político, pero de lo que se trata es de definir buenas opciones de política y las implicaciones de esas decisiones.
El rol de las personas o de las instituciones que están ayudando en este proceso de cambio desde las universidades, no necesariamente tiene que ver con lo que se tiene que hacer, hay que mostrar una serie de opciones para que puedan tomar una mejor decisión. El rol de las universidades es dar las consecuencias de cada una de las opciones; que tengan toda la información necesaria para tomar las decisiones.
- ¿Falta que la universidad, pública y privada, asuma ese rol con más ímpetu en el país?
- Varía de país a país y de institución a institución. Mi impresión es que tradicionalmente las universidades de América Latina han tenido un rol mucho más académico y se han separado de la esfera de la toma de decisiones. Contrastando con universidades de Estados Unidos y Europa que sí han estado en un tema académico y siguiendo de cerca los procesos de toma de decisiones de sus países, veo que está cambiando en Latinoamérica.
- ¿Este cambio marca avances en América Latina?
- Por mucho tiempo el expertise en política ha estado viniendo desde afuera. Pero, con una creciente cantidad de instituciones que desarrollan y analizan políticas, han crecido las capacidades internas de los países para llevar adelante políticas públicas. En Bolivia hay muchos cambios y una discusión sobre lo que será este país; tendrá que ver con política económica, social, instituciones. Hay que decir cómo se lo hará, ahí está el conocimiento y entrenamiento técnico. Pero no sólo de personas que trabajan en el Gobierno, sino de las universidades que pueden jugar un rol en la investigación, identificar soluciones y lograr un foro para la discusión, en un nivel más alto de la política pública. Es un desafío para las universidades. Ojalá que la UCB y otras universidades asuman este reto.
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