Dirigentes dicen que la empresa solo fue para el beneficio de los docentes y los trabajadores y no del pueblo
No obstante que ayer el Consejo Universitario determinó la disolución de la Empresa Agropecuaria Universitaria, la Federación Universitaria Local (FUL), exigirá a las autoridades académicas de la Universidad Tomás Frías se efectúe una auditoria externa sobre el manejo económico de esa empresa, desde su creación (1991) hasta diciembre del 2009.
Edwin Callapino e Israel Suárez, miembros del Comité Ejecutivo de la FUL, lamentaron la forma de cómo se manejó esta empresa con la producción de las granjas agropecuarias que pertenecen a esta superior casa de estudios.
Afirmaron que la quiebra de la empresa no sólo se debe al manejo irracional de quienes estaban bajo su responsabilidad. También hubo complicidad de las diferentes autoridades de turno que pasaron por esta Universidad, como también de ex dirigentes de la FUL.
Recordó que cuando esta empresa fue creada por resolución del Consejo Universitario en 1.991 se determinó subvencionar a la misma por el lapso de 5 años, hasta que consiga ser sostenible.
Asimismo, recordaron que el Directorio estaba conformado por representantes de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Pecuarias, además de las Facultades de Economía, de la FUD, FUL y de la Dirección Administrativa y Financiera.
Sin embargo en 1.996, el Consejo Universitario a través de otra resolución, no sólo consolidó su creación sino que amplió por otros cinco años más la subvención y de manera inexplicable y en complicidad de dirigentes estudiantiles de ese año. Fueron excluidos del Directorio la representatividad de Economía, de la FUD, FUL y de la DAF y su directorio desde entonces fue administrado por el Consejo Facultativo de Ciencias Agrícolas y Pecuarias.
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