Consultas: La atención está a cargo de los estudiantes de últimos años, en calidad de práctica, bajo la supervisión de sus docentes.
La carrera de Odontología de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) ofrece servicios de extracción, prótesis, rayos X y curación de dientes, tanto a sus estudiantes como a la población en general, por un costo mínimo de cinco bolivianos.
A diario, gran cantidad de personas se acerca a la clínica odontológica universitaria para curarse de las diferentes dolencias en la dentadura.
El director de Carrera, Rigoberto Sánchez Quisberth, dice que este emprendimiento nació hace siete años en un pequeño laboratorio debido a que los profesionales de este ramo deben conocer las necesidades del pueblo y contribuir con su solución. “Ese entonces recibimos apoyo de instituciones externas y del rectorado para adquirir los equipos e insumos necesarios”.
Aquel pequeño consultorio es hoy una clínica odontológica con capacidad para intervenir cualquier tipo de problema. Según Sánchez, este trabajo es realizado por los estudiantes que cursan el cuarto y quinto años de odontología. “Son asesorados siempre por un docente experto en la materia, porque es un requisito para que se gradúen”.
Señala también que los estudiantes no reciben un sueldo y que atienden a la gente por la nota o calificación en el área de prácticas y trato de pacientes.
Doña Lucía, un ama de casa, felicitó a los estudiantes y a la carrera por este emprendimiento y el costo de la atención, principalmente porque “la mayoría de los alteños somos de escasos recursos y a veces no tenemos dinero ni para comprar pan, y mucho menos ir al médico para hacernos curar”.
La extracción de una pieza dental cuesta cinco bolivianos, la limpieza está entre siete y nueve, y la confección de la prótesis dental cuesta 120 bolivianos.
Los ingresos mensuales que obtiene esta clínica fluctúan entre tres mil y cuatro mil bolivianos.
El doctor Ariel Ayllón Alarcón, jefe de Clínicas, comentó al respecto que los recursos que recibe este centro de atención se invierten en la compra de medicamentos, accesorios y en el mantenimiento de equipos y laboratorios, y que “nadie se aprovecha de estos recursos”.
La clínica cuenta con más de 42 equipos avalados, con un costo de 2.700 dólares cada uno. Fueron adquiridos de una empresa brasileña. El mantenimiento de éstos se hace cada tres meses, según informó el doctor Pedro Mamani, encargado de la clínica.
Gran parte de los jóvenes que atienden en este consultorio afirmó que se sienten orgullosos por brindar un apoyo a su pueblo, como Rubén Quenta Mamani, que cursa el quinto año y se muestra contento por hacerlo en esta universidad. “Me siento feliz por dar mi granito de arena a las personas que lo necesitan y el ´gracias doctor´ al finalizar la curación; me lleno de orgullo por escoger esta carrera para ayudar a mi pueblo”.
La clínica odontológica tiene la visión de colaborar a la población, para cuyo efecto no sólo los precios son los más económicos, sino que el trato a los pacientes es cortés y amable.
El director Sánchez aprovechó esta entrevista para invitar a quienes sufren alguna molestia en los dientes a visitar la clínica: “Que aquí los atenderemos con toda nuestra predisposición”.
Los futuros veterinarios brindan atención a las mascotas
Los perritos y gatitos también tienen su propia clínica para sanar sus heridas y tratar sus dolencias.
El doctor Francisco Mendoza Condori, responsable de la clínica veterinaria de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), informa que esta dependencia es parte de la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia. “Es una las carreras fundadoras de la UPEA, presta sus servicios desde hace ocho años”.
Al igual que en odontología, explica Mendoza, los estudiantes de séptimo y décimo semestres de veterinaria realizan las curaciones y cirugías con el asesoramiento de los docentes.
Además, es un centro autosustentable, afirma el responsable: “Se cobra un monto mínimo de cinco bolivianos a las personas que traen a sus mascotas a desparasitar; de 20 a 40 son los sueros, y las cirugías cuestan 150 bolivianos, precio que no se compara con el de ninguna clínica particular”.
El dinero recibido se invierte en la compra de material y medicamentos para que la clínica permanezca bien equipada.
Los clientes son recibidos cordialmente por jóvenes con vocación de ayudar a los animales, como el universitario Wálter Huchani Mamani, que cursa el séptimo semestre. “Nosotros, como estudiantes, brindamos nuestra ayuda a la sociedad curando a sus animalitos, y lo hacemos con gran empeño y delicadeza”.
Oriundo de la provincia Ingavi, del municipio de Taraco, Huchani dice que escogió esta carrera para aprender más sobre la crianza de ovejas, vacas, toros y chanchos. “Vine a estudiar a la ciudad para saber cómo criar a mis animalitos, porque en allá (sic) los criamos como mejor nos parezca”.
Agrega que una vez terminados sus estudios retornará a su pueblo para “brindar mis servicios como especialista”.
Esta clínica recibió la visita de “Coyote” un cachorro de aproximadamente un año y medio de la raza de “Pastor Alemán” debido a que está enfermo con “moquillo”. Su dueño, Felipe Mejía, se mostró agradecido por los servicios que brinda esta carrera, más aún porque en el sector no existen clínicas veterinarias. “Es una gran ventaja que los universitarios brinden su apoyo a las personas que amamos a los animales, porque ellos son nuestros amigos incondicionales”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario