Atraídos por los llamativos colores del reflejo del sol en los reversos de discos compactos se pudo apreciar una de las más exóticas exposiciones de arte espacial, puesto que existían alambres, tornillos, pajillas, papel, plástico, grifos, puntas de bolígrafos, baterías (pilas) grandes, medianas y pequeñas que bien acomodadas formaban una construcción extraordinaria.
El avance de la tecnología, también influyó en estas obras puesto que se podía encontrar ya sea en forma descubierta o escondida transistores, o memorias de computadoras mutiladas que recreaban la vista con formas agradables y curiosas.
Estas obras fueron creadas en la asignatura de “Apertura a la imagen espacial”, materia en la que las figuras geométricas son explotadas al máximo, un claro resultado la exposición de ayer.
Cada una de las maquetas tenía algo especial y único, puesto que no se repetían, en especial las maquetas de estructuras sacras, totalmente fuera de lo que uno está acostumbrado a ver.
Algunas de estas arquitecturas eran muy llamativas, contemporáneas, entre las cuales se podían encontrar estructuras abiertas, cerradas, ecologistas, futuristas, de todo un poco.
Pero también se podía encontrar maquetas de parques reciclables, en base a tornillos y metales fundidos, al igual que elementos de madera, cuadradas y tridimensionales.
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