La reestructuración de los niveles salariales de los docentes de la UMSA por un lado nivelará los salarios, pero por otro causará una “fuga de recursos humanos”, que pesará sobre la calidad y el nivel de la educación de la universidad pública boliviana.
“Se nos están yendo los docentes más calificados. Porque hay que reconocer que no todos nuestros docentes son de lo mejor, pero justamente los más calificados son los que se están yendo”, dijo una fuente de la UMSA que prefirió mantener su identidad en reserva.
“Ya se fueron”, sostuvo por su lado Alberto Arce, “cuando el Ministerio de Salud de una manera torpe va a la universidad y les planeta a los médicos de hospitales estatales que renuncien a la universidad o al hospital; la vocación de médicos hizo que esos brillantes profesionales se queden en los hospitales y abandonen la universidad”.
“Se nos fueron los mejores. Nosotros planteábamos que la cátedra sea un complemento de la actividad profesional. Estos profesionales se vieron obligados a elegir porque ya habían alcanzado el tope de 15.000 bolivianos”.
Según Arce, el área de salud es el que más afectado se ha visto por esta ley, pero éste es un problema que afecta también a otras facultades, por ejemplo la Facultad de Derecho. Muchos docentes se vieron obligados a elegir entre su puesto como jueces o su empleo de docentes de la UMSA. “Fueron muy drásticos, nosotros hemos argumentado que en el caso de la cátedra debe haber una cierta tolerancia, pero esto se aplica de manera tajante”.
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