Somnolencia, cansancio crónico, inquietud, ansiedad y depresión son algunos de los síntomas más comunes del estrés académico que por lo general se presenta en época de exámenes y puede ser la causa de un bajo rendimiento en las pruebas. Hay personas que por el contrario, aprovechan la etapa de pruebas como una oportunidad de demostrar lo aprendido.
No son muchos los estudios sobre el estrés académico; sin embargo, una publicación de la Revista Iberoamericana de Educación estableció que en carreras como medicina, hasta el 67% de los universitarios latinoamericanos de medicina sufren este problema. Los estudiantes que se forman en alguna carrera de ingeniería también son propensos a este tipo de estrés.
el buen o mal estrés. Un poco de estrés antes de un test puede ser útil. De igual forma que en un trabajo puede ayudarle a trabajar más.
El estrés de los tests puede motivar a los estudiantes a lograr su mejor esfuerzo; sin embargo, demasiada ansiedad puede debilitar la confianza de un universitario.
La ansiedad que los estudiantes sienten cuando se enfrentan a un examen puede crear cierto ruido o estática en sus mentes y a menos de que sean capaces de relajarse, ese ruido puede bloquear su capacidad para recordar información importante. También puede afectar su comprensión y razonamiento, lo que dificultaría la capacidad de solucionar problemas. Así, puede que los estudiantes obtengan calificaciones que no reflejan todo el trabajo realizado y su capacidad.
causas del estrés. Al pensar en los exámenes uno tiende a preocuparse más de lo normal por no aprobarlo. Si uno no tiene suficiente conocimiento sobre el tema, puede reprobarlo y tendría que tomar el curso de nuevo. Es el miedo al fracaso el que pone tan nerviosos y estresados a los estudiantes.
No se engaña a nadie al afirmar que en los estudios no existen los milagros para aprobar. El tiempo y el esfuerzo son necesarios, pero también es cierto que existe una serie de trucos que pueden ayudar a sacar mayor partido a las horas de estudio, sobre todo en esos días en los que se acumulan los apuntes en la mesa y cuesta saber por dónde empezar.
afrontarlo el problema. La planificación a la hora de afrontar una semana de exámenes es fundamental. Los días previos a las pruebas, el rendimiento y capacidad disminuye, debido a lo cual es conveniente haber estudiado la materia cada día. De esta manera antes de presentarse a las pruebas se pueden dedicar a repasar y a descansar.
A la hora de repasar, anotar las dudas que surjan y pregúntelas al profesor en clase. Es conveniente repasar todo el material del que disponga (apuntes, manuales, dudas ya aclaradas). Tampoco está demás que se reúna con compañeros y entre todos se planteen las dudas que tengan. La semana previa al examen puede ser útil para reducir los contenidos a las ideas más importantes, para familiarizarse con la situación del examen (haciendo como si estuviera frente a la hoja del examen), para formularse preguntas similares a las que le pueden plantear en el examen o para descansar mental y físicamente con el fin de acudir en el mejor estado posible a la prueba.
El día previo a la prueba puede dedicarlo a dar un último repaso junto a un compañero o individualmente. En el primer caso se pueden intercambiar preguntas y solventar dudas de forma conjunta. Durante esta jornada se debe descansar y en ningún caso pretender estudiar en un día toda la materia o buena parte de ella. No hay milagros.
carrera con alto Índice
Hasta el 67% de los estudiantes de medicina puede padecer este problema.
no todo es malo
Un poco de estrés puede ser útil para que el estudiante se esfuerce más.
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