La Universidad de Bayreuth (Baviera) considera probado que el exministro alemán de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg plagió descaradamente su tesis doctoral, informaron hoy fuentes universitarias, tres meses después de la dimisión de quien fue el miembro más popular del gobierno de Angela Merkel.
La comisión de Control Científico de la Universidad concluyó tras examinar la tesis que Guttenberg "vulneró burdamente los estándares de las buenas prácticas científicas y engañó deliberadamente", por lo que se ratifica en su decisión de retirarle del título de doctor.
La Universidad bávara, donde el político realizó su tesis doctoral entre 2004 y 2007, le había retirado preventivamente el título el 23 de febrero, a raíz del escándalo desatado por las primeras informaciones acerca del presunto plagio.
A la retirada del título de doctorado siguió, el 1 de marzo, la dimisión de Guttenberg como ministro de Defensa, así como la renuncia a su escaño de diputado.
Guttenberg, tras semanas de presión e informaciones apuntando a que más de un 70 por ciento de su tesis había sido plagiada, acabó reconociendo "errores" en su trabajo doctoral, que atribuyó a la sobrecarga de tener que compaginar su carrera con la vida familiar.
Según el informe de la Universidad bávara, contenido en 40 páginas que serán presentadas en su integridad la próxima semana, el plagio más flagrante corresponde a los apartados realizados con el apoyo del servicio científico del Bundestag (Parlamento federal), al que recurrió Guttenberg para realizar su tesis.
El aristócrata bávaro, miembro de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), obtuvo en su momento la calificación de "suma cum laude".
Una plataforma de internet llegó a contabilizar la copia sistemática de un 70 por ciento de la tesis, lo que derivó en un cúmulo de denuncias por fraude contra Guttenberg.
La caída de Guttenberg, hasta entonces el político más mediático del país, sacudió el gobierno de Merkel y las filas de la CSU, de las que se perfilaba como futuro presidente y renovador.
Guttenberg, de 39 años, había hecho una carrera meteórica y se le consideraba potencial sucesor de Merkel en la Cancillería.
Tras su dimisión, se especuló repetidamente con un regreso a medio plazo a la vanguardia política, dada su gran popularidad, cuestión que el informe universitario podría ahora echar al traste o por lo menos postergar.
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