La Udabol marca una clara diferencia en el concepto de “extensión cultural universitaria” generalizado en Bolivia, que casi siempre presenta al frente de esta importante función académica, alguna persona poco entendida, mal pagada, dotada de pocos recursos y abandonada a su suerte. El resultado es ciertamente penoso y así estamos por décadas, mientras nos cansamos de admirar la sólida producción artística de las universidades de países vecinos. “Estamos en Bolivia, un país pobre” es la explicación fácil que también nos cansamos de escuchar de parte de los responsables.
La Udabol ha encontrado por fin una respuesta que se implementa con una estrategia simple e inteligente: ha determinado qué es lo que quiere, ha contratado al mejor especialista en la materia y ha puesto a su disposición, recursos que sin ser cuantiosos, garantizan su trabajo digno y sostenido y el de sus instrumentistas.
Jiri Sommer, el muy conocido y prestigioso violinista checo que hace 15 años radica entre nosotros, es el maestro y director de la Camerata. Su formación académica, su sensibilidad musical y su virtuosismo instrumental lo califican abundantemente para esperar de su trabajo resultados musicales de verdadera calidad.
David Muñoz, ajeno a la música, pero interesado en su promoción y difusión, es el gestor y coordinador ad honórem de la empresa.
Se conoce que otras universidades se han interesado en la idea. Ya era hora! Es muy oportuno sugerir que para no repetirse, se formen pequeños grupos orquestales con otros instrumentos: conjuntos de maderas, metales y saxofones. Los profesionales ya están haciendo ya un buen trabajo. Si cada universidad se encarga de una de esas secciones de la orquesta y alguna otra de un coro, con su respectivo director profesional al frente, tendremos la oportunidad de reunir los esfuerzos para presentar de cuando en cuando, una orquesta y coro universitarios de alto nivel. Eso ocurre desde hace mucho en todas partes. Acá estamos comenzando.
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