miércoles, 7 de diciembre de 2011

El arte de preguntar

Para tener éxito en la vida se necesita hacer preguntas esenciales siempre. Cuando se lee, escribe y habla, al establecer relaciones amistosas o de pareja y también cuando se interacciona con los medios informativos e Internet. Sin embargo, pocas personas dominan el arte de hacer preguntas. La mayoría nunca ha pensado el por qué algunas preguntas son cruciales y otras no.

POCO ANALIZADAS. "Raras veces en las escuelas y universidades se estudian las preguntas esenciales y raras veces tienen los modelos en sus hogares. La mayoría de las personas pregunta según sus asociaciones psicológicas. Sus preguntas son al azar y salteadas", afirmó la educadora colombiana Elena Vergara, integrante de la comunidad crítica de pensamiento sobre temas en educación y sociedad, The Critical Thinking Community (Estados Unidos), quien agregó que el hacer preguntas analíticas es vital para la excelencia. "El éxito en el pensar depende, en primer lugar, de nuestra habilidad para identificar los componentes del pensar al hacer preguntas esenciales que enfocan estos componentes", sostiene Vergara.

PREGUNTAS POBRES. Una de las metas principales al desarrollar pensadores es establecer un componente disciplinado en su pensar. Los expertos la definen como "una poderosa voz interior de la razón" para monitorear, evaluar y reparar sus pensamientos, sentimientos y acciones.

"No es posible ser alguien que piensa bien y hace preguntas pobres", afirmó el profesor ecuatoriano Rodrigo Altamirano, miembro de Guild Member de la Creative Education Foundation (Estados Unidos), organización dedicada al estudio del campo de la teoría de la creatividad y sus impactos en la educación de niños y adultos.

¿COMPRESIÓN SUPERFICIAL?
Muñoz señala que una mente sin preguntas es una mente que no está viva intelectualmente, ya que el no hacerlas equivale a no comprender. "Las preguntas superficiales equivalen a comprensión superficial, las preguntas que no son claras equivalen a comprensión que no es clara. Si su mente no genera preguntas activamente, usted no está involucrado en un aprendizaje sustancial", enfatiza.

El hacer una pregunta moviliza las energías propias y de los demás hacia una solución, porque una pregunta es un catalizador de cambio, el detonador de una reacción en cadena que va más allá de un esfuerzo. El psicólogo Omar Matus de la Universidad de Santiago de Chile, afirma que "existen muchas maneras en que podemos cuestionar lo que aprendemos, lo que leemos, escribimos, decimos, lo que pensamos y por qué pensamos como lo hacemos, lo que dicen los demás y lo que quieren decir".

¿CÓMO PREGUNTAR? Asegúrese de que sus preguntas lo sean realmente y le permitan aclarar ideas o a profundizarlas.
Que no le detenga el miedo a sonar estúpido por hacer una pregunta, el hecho de que los demás no estén preguntando no siempre indica que no tengan dudas. Después de todo, nadie espera que usted lo sepa todo, ya que si fuera así ¡no estaría sentado ahí! Hay muchos docentes que prefieren contestar sus preguntas con otras preguntas. Eso no significa que desconocen la respuesta –aunque, obviamente, puede pasar- sino que quizás están tratando de alentarle a llegar a la respuesta por sus propios medios. Es importante formular preguntas precisas, que apunten lo más claramente posible a la duda que se le suscita. Antes de abrir la boca, tendría que decidir qué es lo que no le queda claro.
Al hacer la pregunta correcta tiene más posibilidades de obtener la respuesta que necesita.

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