Muchos candidatos se preguntan cuándo es el mejor momento para solicitar admisión a un MBA. Una solicitud a una edad muy temprana puede limitar la pendiente de la curva de aprendizaje mientras que empezar a una edad más avanzada siempre hace dudar más sobre el coste oportunidad.
Según un estudio realizado por GMAC (Graduate Management Admission Council), la experiencia previa es relevante a la hora de buscar trabajo una vez finalizado el programa MBA. Así, conforme aumenta el número de años trabajados antes del programa el porcentaje de desempleados tras haber terminado el MBA disminuye.
Por ejemplo, para aquellos estudiantes con menos de un año de experiencia el porcentaje de desempleo luego del MBA es del 19%, mientras que para aquellos con más de seis años de experiencia el porcentaje se reduce hasta el 14%.
Más efecto en el bolsillo. Aunque la reducción en el porcentaje de desempleados no es muy significativa, la diferencia en salarios sí lo es. De hecho en el estudio se menciona que el salario para un posgraduado con menos de 1 año de experiencia ronda los $us 40.000-50.000, mientras que el rango para aquellos con más de 6 años de experiencia asciende hasta los $us 70.000-90.000. Cabe destacar que el estudio de GMAC incluye escuelas de negocios de todos los niveles. Todo lo anterior destaca la importancia de las prácticas de verano, sobre todo para aquellos estudiantes con una menor experiencia. Y es que la diferencia entre aquellos estudiantes que decidieron trabajar en verano y aquellos que no es de $us 14.000. Por otro lado, la estadística más interesante afirma que el 70% de los alumnos que realizaron prácticas en los sectores de Consultoría y High-Tech fue contratado una vez finalizado el MBA.
¿Qué prefieren las empresas? El estudio destaca que un 41% de las compañías que contratan a estudiantes de un MBA preferían graduados con 3 o 4 años de experiencia y un 32% señaló su preferencia por candidatos con al menos 5 años de experiencia. La razón detrás de estos porcentajes es que la experiencia laboral es una forma de reafirmar a la compañía de la habilidad del candidato de rendir no solo en un ambiente académico.
El estudio no segmenta las estadísticas según tipos de escuela, pero señala la importancia de tener una experiencia laboral sólida antes de empezar un MBA.
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