Hasta hace unos años, disponer de títulos de posgrado –máster y doctorado– suponía una garantía para encontrar un puesto de trabajo solvente en la alta dirección, como director de un departamento de ventas, investigador en nómina en laboratorios y departamentos de I+D o para empezar una prometedora carrera académica en la universidad.
Hoy la situación ha cambiado: aquellos con un MBA, un título de posgrado o un doctorado se enfrentan a un mercado laboral saturado de perfiles tanto o más cualificados que el suyo y los recortes de la inversión pública merman de forma drástica el espacio y las condiciones que las universidades ofrecen a investigadores. Muchos doctores no llegan a emprender la carrera investigadora para la que se formaron ni a ocupar puesto de trabajo alguno si no es muy por debajo de su cualificación; muchos másters, por su parte, van del final del curso directamente a la cola del paro.
¿Burbuja de los MBA?. El artículo de 2011 Education: The PhD factory, los autores David Cyranoski, Natasha Gilbert, Heidi Ledford, Anjali Náyar y Mohammed Yahia parten de la premisa de que “el mundo está produciendo más doctorados que nunca” para preguntarse si “no es momento de parar”. Entre 1998 y 2008, el total de posgraduados en disciplinas científicas se ha incrementado casi un 40% cada año en los países de la OCDE –Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico–. Algunas economías, como China o India, son capaces de absorber con solvencia a estos doctorados, pero en industrias desarrolladas como la de Estados Unidos y Japón, los expertos señalan que “la oferta de doctores ha sobrepasado la demanda”. Si en Estados Unidos había 5.000 titulados de MBA en 1960, en el año 2000 estos ascendían ya a más de 100.000.
Las universidades americanas acogen cada año a casi 200.000 alumnos, mientras que las empresas contratan entre 5.000 y 10.000 titulados.
¿Está sobrevalorado?. La mayoría de los conocimientos no valen los 150.000 dólares que cuesta de media el curso en lugares como Harvard, Stanford o Wharton, dice Josh Kaufman en su libro "MBA Personal".
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