En el Hospital St. Mary's de Londres, la cirujana Aime Di Marco se dispone a diseccionar un cuerpo.
Sin embargo, no va a ver sangre ni necesitará un escalpelo para trabajar con él. Y cuando termine con el procedimiento, podrá reubicar todos los órganos, huesos y venas en su sitio, piel incluida.
La razón es que el cadáver es virtual y está proyectado sobre una mesa de operaciones con pantalla táctil. Algunos consideran a esta tecnología el futuro para la enseñanza de futuros médicos. También es una herramienta útil para que los médicos ensayen intervenciones quirúrgicas. Con un costo de $us 94.000, es la primera tecnología de este tipo que llega a Europa. De masificarse esta técnica al resto de los países se superará además un problema, en naciones como la nuestra y de otras regiones la profanación de tumbas es una práctica constante para proveer de cadáveres para las prácticas de alumnos de medicina
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