martes, 15 de mayo de 2012

El mundo de los físicos bolivianos

El mundo de la física está hecho de teorías, números, cálculos y mediciones; es, para muchos, un universo impenetrable de fórmulas complejas, cuya relación con la realidad inmediata es lejana e incomprensible. Sin embargo, más allá de las curvas y los gráficos, la física es el lenguaje que descifra la secreta mecánica del cosmos. Pero cuando los doctores en física que dictan clases en la Universidad Mayor de San Andrés hablan de su trabajo, describen un mundo fascinante y lúdico.

Los físicos se las ingeniaron para ofrecer un doctorado en la Universidad Mayor de San Andrés. El doctor en física Miguel Peñafiel, jefe de la carrera, asegura que se trata de un posgrado innovador.

Por lo general, los posgrados –doctorados y maestrías- que se pueden cursar en la UMSA son autofinanciados, es decir, la universidad no los solventa, lo cual no ocurre en la carrera de física, en la cual se paga una matrícula anual mínima. Es una manera de mantener un cierto nivel de exigencia en cuanto al rendimiento de los maestrantes y doctorandos. “Cuando la gente paga por un postgrado, no es tan fácil aplazarlos; en cambio, cuando no pagan, los puedes reventar”, dice Peñafiel.

Pregrado corto

Lo que hicieron los físicos es acortar el tiempo para la obtención de la licenciatura. Los alumnos se gradúan después de presentar una tesis al finalizar su cuarto año de carrera en la universidad. Quien desee optar por una maestría y un posterior doctorado deberá cumplir con el requisito de la excelencia académica o someterse a una prueba de admisión. El doctorado se obtiene después de ocho años de estudio.

“Nuestra meta es formar nuestros propios especialistas en Bolivia”, señala Peñafiel y comenta que la carrera que dirige cuenta con doctores especializados en muchos países del mundo, desde Japón, Irlanda, Bélgica y Estados Unidos, hasta en otros de América Latina.

La posibilidad de ofrecer un doctorado es un esfuerzo propio de la carrera. “¿Para qué eres doctor si vas a estar dando materias básicas?”, les dijeron a los doctores que se habían formado en el extranjero, para convencerlos de dar clases en el posgrado; ellos aceptaron, no por un interés económico, sino por la oportunidad de transmitir conocimientos adquiridos con mucho esfuerzo y entrega a lo largo de años de estudio.

También la elaboración de la tesis se ha convertido en un proceso mucho más ágil y simple que en el pasado. La graduación se puede obtener por medio de la excelencia académica, por un proyecto de grado o la elaboración de un artículo que deberá ser publicado en la Revista Boliviana de Física, que cuenta con un tribunal internacional.

“Hemos tenido muy buenos resultados, porque a los chicos les encanta su trabajo en formato profesional”, asegura Peñafiel.

Pero los físicos cuentan además con el Laboratorio de Ozono, que pertenece al ámbito de la física de la atmósfera y tienen a su cargo el Observatorio Atmosférico de Chacaltaya, que pertenece al Global Atmospheric Watch, una red mundial de observación de la atmósfera.

Lluvia de electrones

“La Tierra está constantemente bombardeada por partículas, por lluvias de electrones que pasan a través de nuestro cuerpo sin que nosotros lo percibamos. Eso genera ciertas mutaciones, la aparición de algunas nuevas especies; claro que eso sucede en millones de años. Pero estas partículas también traen información del espacio sobre cómo están conformadas las galaxias, las estrellas. Ésa es otra forma de observar las estrellas”, dice el doctor en física Rolando Ticona, quien obtuvo su grado en Japón.

La estación en Chacaltaya registra, entre otras cosas, las fulguraciones o tormentas solares a pocos minutos de que sucedan. “El Sol se está acercando a un máximo de su actividad. Éste es un proceso que sucede en promedio cada 11 años. Se trata de erupciones, tormentas. Son todas estas cosas las que las relacionan con el fin del mundo. La última vez que esta actividad ha llegado a un máximo fue en el 2001 y ahora se va a dar de nuevo entre fines de 2012 y principios del 2013”, dice Ticona y explica que esta actividad solar produce partículas secundarias, protones y neutrones, que llegan a la Tierra a una velocidad mínimamente menor a la velocidad de la luz. Quince minutos después de la erupción o la llamarada en el Sol, Chacaltaya registra lo sucedido.

Dependiendo de la magnitud de la explosión o tormenta solar, podrán darse repercusiones en la Tierra. “Existen diferentes categorías. Algunas no tienen ningún tipo de consecuencia para la Tierra; otras podrían afectar un poco las transmisiones y algunas centrales eléctricas; las más energéticas sí podrían causar daños en satélites y no tendríamos internet”, explica Ticona.

Sin embargo, según este físico, el daño que podría causar cualquier tormenta o erupción solar no llegaría a causar mayores daños que ése en nuestro planeta.

Computación cuántica

Diego Sanjinés se dedica a la física teórica, pero lo que le fascina es la física cuántica, un término que se ha tornado muy popular en la última época. Incluso se ha puesto de moda hablar de las maravillas y las posibilidades de la física cuántica.

“La física cuántica tiene que ver con los procesos físicos de los objetos muy pequeñitos a nivel del átomo: protones, electrones y neutrones. Y éstos no se comportan como las piedras o las balas de cañón, no pertenecen al campo de la física que uno lleva en el colegio, la física newtoniana. Esta física cuántica describe procesos diferentes y se basa en leyes distintas. Esas nuevas leyes han sido deducidas en los primeros años del siglo XX”, explica Sanjinés.

Este físico comenta con ironía la manera en que la idea de la física cuántica se difunde en algunos libros, revistas y otras publicaciones y cita el título de un libro cuya publicación leyó en algún afiche y que, por la impresión que le causó por absurdo, anotó en una pequeña libreta: cómo refundar Bolivia a base de la complementariedad de opuestos por la vía indígena y cuántica.

El rayo láser, el transistor y la bomba atómica son hijos de la física cuántica, son inventos que fueron historia y marcaron el siglo XX. “Han tenido tal impacto en la opinión pública que la palabra ‘cuántico’ se ha filtrado a través de estas aplicaciones tecnológicas en todo el dominio público. Lo cuántico es esencial para entender el funcionamiento de los objetos muy pequeños, pero sus implicaciones tecnológicas han sido tales que prácticamente han cambiado el rumbo del siglo XX”, dice Sanjinés.

La física cuántica lleva a Diego Sanjinés a hablar de teletransportación cuántica, un fenómeno que ya existe y en el que la información de un determinado agregado de partículas se puede transmitir hacia otro sitio en el espacio, aunque se trata de una teletransportación que no se puede comparar con la que se muestra en las películas. Lo que se transporta de un sitio a otro no son las propias partículas que viajan de un sitio a otro, como por ejemplo en la película La mosca, sino su información.

Pero las posibilidades de la física cuántica también se prestan para los sueños. Diego Sanjinés juega con la idea de una computación cuántica por medio de la cual se podría llegar a construir robots diminutos que se inyecten a millones en el torrente sanguíneo y que sean capaces, por ejemplo, de cauterizar una úlcera o limpiar las arterias e impedir la arteriosclerosis o retirar un coágulo y evitar embolias.

Cosmética y tarka

El mundo de los físicos es amplio y múltiple. Mientras algunos se ocupan del calentamiento global, las tormentas solares o se interesan por la computación cuántica, otros, como Flavio Ghezzi, se han inclinado por los sistemas iónicos: se ocupa de estudiar el jabón y sus composiciones moleculares, pero también de la cosmética en un sentido más amplio. Uno de los proyectos en los que este doctor en física trabaja actualmente es el desarrollo de una crema fotoprotectora a base de chilca.

Pero ocuparse de la cosmética no le impide a Flavio Ghezzi trabajar también en el ámbito relacionado con el arte, específicamente con la música, y ocuparse de los procesos físico-acústicos.

Junto a otros físicos, como Sachico Sakuna, física y organista de profesión, y Arnold Gerard estudia el complejo sistema acústico de instrumentos nativos como la tarka.

“Si uno tapa los diferentes agujeros se obtienen fenómenos físicos que son completamente diferentes y vienen del mismo instrumento. A nivel físico se producen ondas totalmente diferentes que son fascinantes y útiles para estudiar. La tarka es un instrumento único en el mundo, bajo el punto de vista acústico y físico es fantástico y es nuestro”, comenta.

Nuestra meta es formar nuestros propios especialistas en Bolivia”, señala Peñafiel y comenta que la carrera que dirige cuenta con doctores especializados en muchos países del mundo, desde Japón, Irlanda, Bélgica y Estados Unidos hasta en otros de América Latina.

2 comentarios:

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