El encuentro, que marcó el preámbulo de lo que será la asamblea de los cancilleres, fue clausurado ayer con un cometido, que las “voces de los jóvenes”, traducidas en esas resoluciones, sean escuchadas y tomadas en cuenta por los Gobiernos.
El ministro de Culturas, Pablo Groux, quien clausuró el MOEA, en su discurso manifestó que este encuentro dio la oportunidad a los jóvenes de escuchar las voces de preocupación sobre el futuro del mundo y que los Gobiernos del mundo y las Américas deben aprender a prestar mayor atención a los jóvenes porque son quienes ahora dan la guía que deben seguir los pueblos.
Los más de 500 delegados, que representaron a los países miembros del organismo hemisférico en la simulación de su Asamblea General, ayer completaron su trabajo de cuatro días de intensos debates, con la lectura y aprobación de la "Declaración de Cochabamba", y de cada una de las resoluciones emanadas de las comisiones.
"Cuando el presidente de esta Asamblea le entregue la Declaración de Cochabamba que ustedes prepararon, junto con sus resoluciones, y exponga ante los cancilleres sus preocupaciones, habremos logrado que su voz sea escuchada", manifestó por su parte el director de Asuntos Internacionales de la OEA, Jorge Sanín.
Estableció que ese paso será importante porque es fundamental que las voces de los jóvenes de las Américas sean tomadas en cuenta en el diseño de las políticas de desarrollo que precisan los pueblos.
Declaración de Cochabamba
La declaración central reconoce que el hambre es un problema actual y pide estimular el desarrollo de un modelo productivo que permita garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de los pueblos de las Américas.
"La Declaración de Cochabamba refleja que la juventud de las Américas tiene conciencia de que el tema alimentario es fundamental para el desarrollo de la naciones y precisa respuestas concretas y oportunas", sostuvo el presidente de la 30 MOEA, el chileno Isaac Ramírez, en la presentación del documento.
Además, plantea que para lograr el objetivo principal debe orientarse el tratamiento del tema de la agricultura a través de políticas públicas que permitan dar atención al respeto de la soberanía y autodeterminación de los pueblos.
Por otro lado, resalta que debe considerarse la importancia de la innovación tecnológica para fortalecer la producción en el campo, como elemento de conocimiento y progreso para los Estados miembros de la OEA.
El texto propone, también tomar en cuenta el papel fundamental de la cooperación financiera y técnica entre los países, considerando la necesidad de apoyar la adaptación de los métodos de producción agrícola al cambio climático.
Sostiene que el manejo óptimo de la tierra es fundamental para asegurar la producción agrícola de cada país, por lo que es necesario reducir paulatinamente la utilización de prácticas y agentes tóxicos con la finalidad de que no afecten la salud de los habitantes del hemisferio y su sustentabilidad.
Reconoce que el acceso al agua es de vital importancia para generar una producción agrícola de calidad, que suministre las condiciones básicas que permitan contar con una alimentación apropiada.
Añade que es importante generar apoyo y fomento para la agricultura y pesca familiar y artesanal, de pequeña y mediana escala, a través de la promoción y comercialización de mercancías, resaltando los productos de las Américas.
Contra el hambre
La Declaración establece también que es importante erradicar el hambre por medio de la formulación de políticas públicas sobre alimentación y nutrición, priorizando la disponibilidad y el acceso, y recomienda su inserción en los planes de desarrollo socioeconómicos de las naciones.
En otro acápite, pide relievar la importancia de la existencia de un comercio libre y justo de alimentos entre los países, considerando la sustentabilidad en la gestión de los recursos naturales.
"El fomento del comercio de las Américas, tanto de los productos primarios como procesados, para incrementar la diversificación de las producción alimentaria dentro de los países y garantizar la seguridad y soberanía alimentaria hemisférica", es otra de las propuestas del texto.
Finalmente, solicita el compromiso de los Estados miembros de la OEA para tomar las medidas necesarias que hagan efectivo el derecho humano a la alimentación, cubriendo las necesidades básicas nutricionales, garantizando la salud pública y el goce pleno de una vida digna.
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