Un total de 24 millones de jóvenes menores de 29 años forman parte del censo electoral, y 14 millones nunca han votado en unas elecciones presidenciales. De pronto estos números han cobrado vida e irrumpido en la campaña electoral mexicana con una fuerza nunca vista.
Son los “enojados”, los “engañados”, los “ignorados”, los “indignados”, los estudiantes, sobre todo, de las universidades privadas que, hartos de una democracia devaluada, se han echado a la calle para protestar contra la corrupción, los partidos políticos y la “manipulación” informativa de las grandes cadenas de televisión.
Según el diario El País, el detonante que ha puesto en marcha una cadena de manifestaciones estalló el pasado día 11, cuando el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, acudió a un acto de campaña en la Universidad Iberoamericana, fundada por los jesuitas y situada en una de las zonas más exclusivas de la capital mexicana.
Los estudiantes pronto se cansaron de las vaguedades del político y comenzaron a reprocharle su gestión como gobernador del Estado de México.
Sin posibilidad de réplica, Peña Nieto acabó huyendo entre gritos de “¡fuera, fuera!” y “¡asesino!”.
El PRI reaccionó acusando a los universitarios de dejarse manipular por un grupo de provocadores e infiltrados.
Televisa, la cadena con mayor audiencia y a la que se acusa de apoyar al líder priista, sólo dio una versión de los hechos favorable al viejo partido hegemónico.
La chispa se convirtió en explosión cuando los estudiantes se movilizaron en las redes sociales. Grabaron un video en el que 131 de ellos mostraban su carné universitario y desmentían las descalificaciones.
El video motivó la simpatía de muchos más jóvenes que crearon la página “Yo soy 132”, invitando a otros a unirse a la protesta.
A la velocidad de un clic, el enojo se convirtió en un “huracán”, revolucionando la campaña electoral y sorprendiendo a toda la clase política.
José Woldenberg, expresidente del Instituto Federal Electoral (IFE), dio la bienvenida a “esta expresión de rechazo, de distancia crítica” hacia el establishment, y espera “que se traduzca en las urnas”.
EL PRI SE DESLINDA DE EXGOBERNADOR
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México se deslindó ayer del exgobernador del estado de Tamaulipas Tomás Yarrington (1999-2004), a quien fiscales federales de Estados Unidos acusan de haber sido sobornado por cárteles de la droga mexicanos con millones de dólares.
El PRI emitió un comunicado donde fijó su postura respecto al caso, en el que dijo que el exgobernador "debe afrontar su responsabilidad individual ante la justicia del país que lo acusa", además de señalar que gestiona la "suspensión inmediata de la militancia" de Yarrington en el partido.
La justicia estadounidense presentó el martes en San Antonio y Corpus Christi (Texas) dos demandas de confiscación de bienes supuestamente de Yarrington al señalarle de ser partícipe de una red de lavado de dinero que con millones de dólares compró en 2006 inmuebles a través de terceras personas en Estados Unidos.
Medios mexicanos informaron ayer que los fondos ilícitos para tales operaciones procedían del cártel del Golfo.
"El Partido Revolucionario Institucional exhorta al señor Yarrington para que coopere plenamente con las autoridades competentes, a fin de que se esclarezcan los hechos que se imputan", señala la nota del partido.
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