No sólo a las personalidades artísticas les quedan los ojos vidriosos cuando deben lidiar con muchos números, a los científicos también les cuesta leer muchas ecuaciones, indica un estudio divulgado ayer en Estados Unidos.
Los textos con menos detalles matemáticos tienen más posibilidades de ser citados en posteriores investigaciones que los que están repletos de cifras, hallaron investigadores de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, después de analizar cerca de 650 estudios sobre ecología y evolución publicados en tres revistas líderes en 1998.
Los estudios con más ecuaciones fueron incluidos como referencia de otros trabajos con una frecuencia 50% menor que los que tenían ninguna o pocas referencias matemáticas, revela la investigación publicada en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).
“Éste es un tema importante”, dijo Tim Fawcett, autor principal del estudio titulado El uso intensivo de ecuaciones impide la comunicación entre los biólogos. “Casi todas las áreas científicas se basan en el estrecho vínculo que existe entre la teoría matemática y el trabajo experimental”, dijo.
“Si las nuevas teorías se presentan de una manera que resultan poco atractivas para otros científicos, entonces nadie lleva a cabo los experimentos cruciales necesarios para poner a prueba estas teorías”, agregó.
El coautor del estudio, Andrew Higginson, sugirió que una redacción amena puede ayudar a los expertos a transmitir su mensaje.
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