Reymi Ferreira se prepara para dejar el Rectorado de la Universidad Autóma Gabriel René Moreno (Uagrm), que el 26 de junio elegirá a sus nuevas autoridades. Ferreira ocupa la silla rectoral desde 2008 y asegura que está dejando una universidad solvente y saneada.
- ¿Cómo deja la universidad?
- Estamos dejando una universidad con una economía saludable. Desde hace cuatro años la ‘U’ no sale a la calle por presupuesto y eso tiene dos componentes: hemos racionalizado gastos y los ingresos son mayores. Cuando llegamos al Rectorado, en 2008, por coparticipación tributaria recibíamos Bs 10 millones al mes y hoy estamos por los Bs 15 millones. Por IDH (Impuesto Directo a los Hidrocarburos) pasamos de Bs 80 millones a Bs 90 millones por año. En recursos internos también hubo un aumento, de Bs 17 millones a Bs 30 millones.
- ¿Qué medidas adoptó?
- Transferimos el bono antiguo que tenían los funcionarios al bono que dice la ley, pues representaba una carga pesada para la economía universitaria. En estos momentos un 70% de los funcionarios está con el nuevo sistema de bono. Antes, después de 20 años de trabajo el funcionario llegaba a ganar el doble por el bono de antigüedad, ahora no. Se ha obedecido lo que dice la ley, que es el 50% de los tres salarios mínimos, que hace que el total sea el 4% de la planilla, antes era el 45%.
- ¿Cómo quedan las deudas?
-Prácticamente están saldadas. Hemos jubilado a 240 profesores y administrativos. La deuda al Senasir ha sido saneada. Estamos pagando la deuda histórica del seguro universitario (de Bs 50 millones). Ya se ha pagado Bs 17 millones y el saldo está en conciliación.
- ¿Qué priorizó en su gestión?
- Lo académico. El mayor logro es la acreditación. Ahora hay 10 carreras acreditadas y una está con todo listo para su certificación. En lo institucional creamos el Defensor Universitario, una Corte Electoral Permanente y se ha reformado el Estatuto Universitario. También hemos aprobado que un 10% de los docentes se dedique a investigar durante todo un año; está vigente el seguro social universitario, el título gratuito, la doble titulación (diplomado y licenciatura) y se han eliminado los aportes facultativos (excepto en una facultad).
Asimismo, reducimos el tiempo de permanencia en la universidad, de 8 años y medio a 6 años y medio. Esto porque la universidad no se ha prestado a marchas y paros. Hemos tenido una política firme de no involucrar a la universidad en conflictos políticos y sectores ajenos a nuestros intereses.
- Precisamente esto ha generado críticas a su gestión. Incluso, lo vinculan con el MAS.
- La universidad y sus jóvenes no pueden estar de tontos útiles de intereses de sectores. Antes los universitarios eran el grupo de choque. Nosotros frenamos eso, prueba de ello es que en 2008, cuando hubo saqueos y toma de instituciones, la Uagrm no estuvo presente. Ahí, empezaron las críticas, decían que yo era masista y traidor. La universidad solo ha interrumpido sus clases por asuntos importantes, como lo hicimos en 2010 cuando nos quisieron incorporar al Estatuto del funcionario público y fracasaron. El año pasado estuvimos en La Paz exigiendo que se saque a los seguros universitarios del proyecto del seguro único universal. No hemos defendido logias o intereses de grupos. La universidad es contestataria solo contra las dictaduras, pero luchar contra un sistema democrático solo porque hay grupos, que por racistas, no quieren a un Gobierno, eso es otra historia. La universidad se lleva bien con la Gobernación, con la Alcaldía y con el Gobierno.
- ¿De qué se siente orgulloso?
- Me llenan de orgullo los resultados de una encuesta publicada por EL DEBER en septiembre de 2011, que pone a la Uagrm como la institución más creíble. En materia de infraestructura se han entregado 15 módulos y laboratorios.
-¿Cuáles han sido las trabas?
- Hemos tropezado con las empresas piratas, que estaban queriendo lucrar con la universidad. Se ha tenido que llevar acciones duras en la justicia para evitar la paralización de obras, hay juicios que todavía siguen. La otra cosa ha sido la Ley Financial que pone un techo salarial de Bs 15.000 y que obligó a un proceso de readecuación. He recibido críticas, que no me preocupan porque solo cumplí la ley. Pese a ello, arriesgándonos a una auditoría posterior, hemos sido la única universidad que se atrevió a indemnizar. Se invirtió Bs 67 millones en indemnización para que los profesores no se vayan.
¿Qué deja pendiente?
Tres cosas: la expropiación de inmuebles alrededor de la universidad, terminar la readecuación salarial, y el tercer punto, fortalecer la agenda de la investigación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario