No es nada nuevo que América Latina figure en la mitad inferior de las clasificaciones mundiales de educación. La noticia es que eso podría estar cambiando, si bien queda un largo camino por recorrer.
De acuerdo con ciertos criterios, la enseñanza básica en Brasil avanzó a una velocidad récord en los últimos 15 años, mientras que Chile y México han registrado un mejor desempeño en las pruebas estandarizadas. Algunos expertos también detectan señales de que el crecimiento económico de los últimos años no solo generó demanda por más –y mejores— cursos universitarios, sino que también aportó un nuevo ímpetu para la mejora de la enseñanza básica.
El caso de Brasil. El estudio menciona la renombrada prueba estandarizada Pisa, que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que incluye más de 70 países y que, en 2009, mostró que Brasil subió de 368 a 401 puntos, un progreso notable aunque el país sigue por debajo del promedio de la OCDE.
"Hoy, un niño de 6 años nacido en la franja más baja de la pirámide de distribución de la renta completará más del doble de número de años de escolaridad que sus padres", señala el estudio.
"Brasil consiguió poner en marcha una reforma continua desde el Gobierno de Cardoso", dice Barbara Bruns, líder del grupo que llevó a cabo el estudio. La investigadora alude a iniciativas como "Bolsa Escuela", un programa donde el Gobierno les paga a las familias de escasos recursos por mantener a sus hijos en el colegio, iniciado durante el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso y ampliado en el de Luiz Inácio Lula da Silva,.
Desigualdades. En Brasil, por ejemplo, 42% de los estudiantes de secundaria aún asisten a cursos nocturnos, destaca el informe del Banco Mundial. Esos jóvenes reciben 4 horas de escuela diarias, en promedio, "en comparación con las 7 horas o más en la mayoría de países de la OCDE e incluso más en los países líderes de Asia del Este", especifica.
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