ANÁLISIS | SOBRE LA DECADENCIA DE LOS GRUPOS TRADICIONALES DE PODER Y LA EMERGENCIA DE LOS NUEVOS LIDERAZGOS.
OH!: Definamos a qué nos referimos en Bolivia con logias...
Las logias son grupos cerrados que se crearon en la Edad Media, grupos masónicos que se crean como un sistema defensivo para proteger la profesión de los albañiles (de allí el término masón), y desde ahí esa estructura secreta permite que en el año 1717 se creen las logias convencionales. Técnicamente la logia es el lugar donde se reúnen los masones. Ahora bien, se ha mal llamado logia a algunos grupos de poder secretos que han copiado su estructura, sus ritos, e incluso sus grados, y que son grupos que surgieron en Santa Cruz en la década de los ’80, concretamente un grupo llamado originalmente ‘Caballeros del Oriente’, que luego se dividió el año ‘83 en ‘Toborochis’, pero llamarlos logias es incorrecto, porque la logia es el lugar donde se reúnen los masones.
OH!: Fueron grupos de mucha influencia, ¿la siguen teniendo?
No, ha disminuido mucho su influencia. Han tenido un gran retroceso a partir de los sucesos vinculados a Rosza. La evidente vinculación de las logias, especialmente de los ‘Caballeros del Oriente’ a estos grupos, ha hecho que estén muy temerosos. Creo que el gobierno actual tiene tal poder, que incluso a los grupos influyentes los ha restringido y atemorizado. Antes las logias tenían la complicidad abierta de los regímenes, como es el caso de Banzer, Paz Zamora o Sánchez de Lozada, pero este gobierno los ha incomodado mucho.
En un principio trataron de inmovilizarlo con la asonada del 2008, las tomas de instituciones y el financiamiento a grupos terroristas, pero no lo han logrado y más bien han salido debilitados, y hoy que no tienen poder político, han elegido proteger los privilegios que les quedan como el manejo de alguna cooperativa, algunos negocios, etc., pero ya han perdido cohesión, fuerza y organización y están en una actitud estrictamente defensiva.
OH!: ¿Existe algún grupo de poder que los reemplace?
No, es el debacle en gran medida de las élites tradicionales cruceñas. Mucho se habla de la crisis del liderazgo cruceño, pero está mal dicho, hay una crisis del liderazgo tradicional, de la oligarquía cruceña, pero el liderazgo popular está en desarrollo de forma potente. Hay gente que apellida Mamani que ahora es diputada por Santa Cruz, o colonizadores, cocaleros, etc., que antes no tenían chance, que hoy ocupan espacios políticos y económicos insospechados. Hay un nuevo liderazgo de barrio, los Sapayave, los Tacobo, gente que antes era tan solo escalones o sujetos folklóricos para el discurso hoy son el poder real.
OH!: ¿Estos grupos emergentes se encuentran representados cívicamente?
No, los grupos emergentes no apuestan a la organización cívica, apuestan a organizaciones de tipo territorial o corporativo, organizaciones campesinas o juntas vecinales, como el caso del Plan 3000 o de los colonizadores de San Julián o Yapacaní. El discurso cívico es transclasista, va más allá. Y estos grupos nuevos tienen un discurso clasista, van claramente diferenciados a las estructuras de poder que siempre manejaron el departamento de Santa Cruz y apuntaron a manejar el país.
OH!: ¿Qué pasa con la identidad, tan arraigada en algunos cruceños sobre todo tradicionalistas, con el surgimiento de estos nuevos grupos?
Una de las cosas que es esencia en cualquier pueblo es su identidad, y acá hay una identidad criolla muy fuerte. 400 años de aislamiento que tuvo Santa Cruz han permitido consolidar una cultura con todas sus características: llanera, agropecuaria, ligada a la tierra, con mucho de los ingredientes que le dieron las misiones jesuíticas. Esa cultura en este momento está interpelada por la masa migratoria que viene no solo de otros departamentos, sino de otros lugares de la propia Santa Cruz y también de otros países. Lo que noto es que cuando la emigración es extranjera, la elite no se hace problema porque buena parte de esa elite es prooccidental, cristiana, católica y liberal, pero cuando son aymaras o quechuas sí hay cierta resistencia.
Eso es lo que en este momento tiene que decantarse para que Santa Cruz aprenda a ser cosmopolita sin perder la esencia; no creo que pueda ser posible porque ninguna sociedad cosmopolita puede mantener la estructura tradicional para siempre, va a tener que asumirse que la identidad de lo cruceño ya no es lo que era hace 50 años. Yo, desde una posición no conservadora, creo que esto es bueno porque así se puede hacer Bolivia, y el gran problema de los liderazgos orientales ha sido que han querido hacer Bolivia desde Santa Cruz.
OH!: ¿Qué pasa con la Unión Juvenil Cruceñista?
No existe, es una mala palabra. Siempre fue un grupo de choque y de matones utilizado por los grupos de poder para agredir, pero nunca han tenido ascendencia ciudadana, esos grupos radicales no tienen apoyo popular. Se ha estigmatizado a los cruceños como violentos, xenófobos y regionalistas, y no porque parte de su elite más radical sea así y además maneje parte del complejo mediático empresarial, todos los cruceños lo son. En eso se ha hecho una mala lectura y se ha generalizado demasiado, partiendo del propio presidente Morales que cuando habla de Santa Cruz cree que todos son iguales; hay muchos sectores muy heterogéneos, desde aquí han salido personajes muy interesantes, lo que pasa es que desde la década de los ‘60 se ha entronizado el cliché de la elite que empezó a manejar el poder después de las dictaduras de Barrientos y Banzer, que fueron los que fomentaron el surgimiento de una burguesía oriental.
OH!: ¿Por qué hay tan poca presencia de políticos cruceños en la actual política boliviana?
Lo que pasa es que eso es reciente. Hasta antes que caiga Gonzalo Sánchez de Lozada, no había gabinete donde no hubiera la presencia, en importantes carteras, de ministros de origen cruceño. Fíjese que la lógica de poder de la burguesía cruceña fue de coexistencia con los grupos neoliberales, es más, los neoliberales encontraron en la burguesía cruceña su más efectivo aliado, y cogobernaron sin problema. Por eso es que los discursos anticentralistas o autonomistas prácticamente desaparecieron porque había una convivencia cómoda. Cuando esta convivencia se rompe con la irrupción en el poder de los movimientos populares a la cabeza del Movimiento Al Socialismo (MAS), estos grupos ya no tienen sentido en el centralismo y empiezan a pensar en el anticentralismo y vuelven a rebautizar e inflar el discurso autonomista para tratar, a nivel local, de reproducir el poder que a nivel nacional habían perdido.
El gran pecado de las elites cruceñas es que han querido desde la óptica regional asumir un discurso nacional y eso no es posible. No han pensado a nivel de Bolivia. No es lo que les ha pasado a los políticos cochabambinos, tarijeños o paceños, que han pensado con una visión nacional. Santa Cruz tiene una visión muy limitada a lo regional, han sido primero políticos regionales, nunca políticos nacionales. Y es en lo nacional que ahora tenemos una gran oportunidad porque Santa Cruz tiene una enorme proyección nacional por su población, su heterogeneidad cultural y su potencial económico.
Acá hay una interesante paradoja: tenemos la burguesía y la elite económica más importante del país que están a la altura de Singapur, Japón, etc., pero sin embargo a nivel político estamos con un discurso troglodita, feudal en algunos casos, y eso es inconsistente. Hay un subdesarrollo político frente a un desarrollo económico y no hay una correlación entre ambos.
Perfil
Reymi Ferreira
Reymi Ferreira, rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y ex concejal municipal, es autor, entre otras publicaciones, del libro “Las logias en Santa Cruz”, desde el cual da una mirada crítica al poder desequilibrado de algunos grupos en el departamento más rico del país. Abogado y politólogo, es profesor de pre y post grado de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), fue director del canal universitario y presidente de la Federación de Profesores de esta casa de estudios superiores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario