Aceptar un puesto en el extranjero y mudarse a otro país solía ser una apuesta segura para ascender en la escalera corporativa, pero ya no es tan sencillo.
Un nuevo informe sugiere que el mero hecho de irse a vivir a otro país no aporta mucho a la creatividad de los empleados ni los propulsa en el camino del éxito profesional.
Lo que sí conduce a un impulso en la carrera de un individuo es la integración de la cultura de esa persona —sus valores, pasatiempos, visión del mundo— con la de su hogar adoptivo, dicen investigadores de la Universidad de Tel Aviv, Insead y la Escuela de Negocios Kellogg de la Universidad de Northwestern.
Es relativamente fácil ser un extranjero en París y rodearse de compatriotas o adoptar completamente una identidad francesa. Es más difícil vivir con un pie en ambas culturas, dicen los investigadores.
"Tienes que pensar de manera compleja sobre cómo comportarte" en situaciones sociales, discusiones sobre política y tradiciones culturales, dice Adam Galinsky, uno de los autores del informe y profesor de Kellogg. Los investigadores llaman a esa característica "biculturalismo" y los estudios sugieren que usualmente viene acompañada de creatividad y mejores oportunidades de empleo./The Wall Street Journal
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