El compositor Steven Halpern, que se ha dedicado a estudiar los efectos de la música sobre la mente, asegura que escuchar música puede facilitar el trabajo mental, ya que los sonidos de alta frecuencia tienen propiedades estimulantes y regeneradoras sobre el organismo.
Instrumentos como el piano, el violín, la flauta, el arpa y el oboe se recomiendan para reavivar la concentración y las facultades intelectuales. La música con un ritmo lento provoca un descenso de los ritmos cardíaco y respiratorio, beneficioso para el cuerpo y la actividad cerebral a favor del estudiante.
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