La formación universitaria exige calidad de docencia. Aprenda a saber escoger quién lo instruirá.

Hay docentes y ¡ay docentes! Ese es el dicho con el que califican los estudiantes a los profesionales que les imparten sus conocimientos en las universidades. Un pedagogo y un psicopedagogo nos ayudan a identificar aspectos claros a la hora de decidir de quién aprender.

Experiencia laboral. Entre las cosas básicas que los estudiantes deben tomar en cuenta antes de elegir a su docente universitario "es que este por lo menos tenga cinco años de experiencia en el ámbito laboral", remarcó el psicopedagogo Marcelo Martínez. ¿Por qué? Según Martínez, es por la calidad de enseñanza que puede brindar un profesional que ya conoce los gajes del oficio. "Aquel que no solo se basa en la teoría de lo que también aprendió en aulas, sino que salió al mercado laboral y experimentó los sinsabores y diferencias entre libros y práctica sobre la asignatura que dictará", remarcó.

Relación con la entidad. Martínez informó que además de la experiencia, el docente "ideal" debe ir acorde al perfil de la universidad que eligió. "El profesor debe saber combinar la filosofía de la universidad con las técnicas y metodologías de enseñanza-aprendizaje de su asignatura", indicó. Por ejemplo, existen malos docentes que abocan su proceso a la teoría, cuando la filosofía de la institución donde enseña es otorgar profesionales expertos en prácticas empresariales.

La vocación. "Que sí es medible y palpable", advirtió Martínez sobre la vocación, remarcando que ahora ser docente es una segunda fuente laboral que la mayoría considera un ingreso más de recursos a su hogar y se olvida de la responsabilidad que significa. "Aquellos que asisten todos los días lo hacen por vocación, pero esos que apenas se dejan ver solo buscan lucro", aseveró.

Necesitamos. "Necesitamos maestros que imprimen un ritmo fuerte y duro a sus alumnos. Que exigen. Que forman estudiantes esforzados, que forman productores fecundos y eficientes. Su humanidad no es blandura. Necesitamos maestros firmes que enseñen con su misma personalidad que en la vida hay límites, que hay leyes, que hay obligaciones, que cumplen la palabra y la promesa. Necesitamos con urgencia maestros que demuestren que un carácter fuerte e íntegro es más bello que cualquier ganancia fácil y más grande que cualquier poder. Maestros que saben ganar las mil pequeñas batallas de cada día y que así enseñan a sus alumnos a ganarlas", dijo Puente, en una carta dirigida a todos los maestros.