No solo la edad y enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer afectan negativamente a la memoria. Situaciones como: el estrés crónico. Según sacaba a la luz el año pasado la revista Neuron, las hormonas del estrés afectan negativamente la función de la corteza prefrontal.
El embarazo, las embarazadas tienen una especial predisposición a ver mermada su memoria espacial, la que nos sirve para orientarnos y recordar dónde dejamos las cosas. Esta pérdida de memoria es más acusada en los dos últimos trimestres del embarazo, y se mantiene hasta tres meses después del nacimiento del hijo. El fumar, un reciente estudio de la Universidad de Northumbria revelaba que los fumadores tienen peor memoria que los no fumadores. El exceso de grasa. Si nuestra dieta incluye demasiadas grasas saturadas y colesterol el cerebro se inflama, la función nerviosa se altera y la memoria de trabajo o memoria inmediata se reduce, tal y como se desprende de un estudio dado a conocer en la revista Journal of Alzheimer's Disease.
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