Las armas de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz consisten en un escudo de forma elíptica en cuyo centro está el cerro Illimani y un sol que ha nacido sobre él, un libro cerrado al pie y encima una espada y un olivo cruzados, alrededor de la elíptica la siguiente inscripción:
UNIVERSITAS MAJOR PACENSIS DIVI ANDROE.
LA UNIVERSIDAD MENOR
Por decreto de 25 de octubre de 1830, el presidente general Andrés Santa Cruz creó la Universidad Menor de La Paz, siendo la Mayor San Francisco Javier, de Chuquisaca.
LA LEY ERECCIONAL DE LA UNI-VERSIDAD MAYOR
El 11 de agosto de 1831 la Asamblea General Constituyente de Bolivia, reunida en la ciudad de La Paz, sancionó la siguiente ley:
“1”.- La Universidad de San Andrés de La Paz de Ayacucho se erige en Mayor, con los mismos privilegios y preeminencias de que goza la de San Francisco Javier de la ciudad de Chuquisaca.
“2”.- El Poder Ejecutivo dictará las providencias y reglamentos que juzgue conducentes a este objeto.
Comuníquese al Poder Ejecutivo para su publicación y cumplimiento. Sala de sesiones de La Paz de Ayacucho, a 11 de agosto de 1831. - Casimiro Olañeta presidente; José Manuel Loza, Manuel de la Cruz Méndez, secretario.
Esta ley fue promulgada por el presidente de la República Andrés Santa Cruz y por el ministro del interior Mariano Enrique Calvo, con fecha 13 del mismo mes de agosto.
LA REGLAMENTACIÓN
Con fecha 24 de marzo de 1832, el Gobierno dictó el Estatuto que debía regir la nueva Universidad, y el mismo que se hizo extensivo a las Universidades de Chuquisaca y Cochabamba.
Dictado el reglamento, faltaba señalar el día para la instalación. Bolivia había sido la primera nación de la América española que se había dado códigos propios: el 2 de abril de 1831 fueron publicados los Códigos Civil y Penal, era, pues, esta una fecha célebre en los fastos de la historia; y a fin de celebrar este aniversario con otro acontecimiento notable, se señaló el 2 de abril de 1832 para la solemne instala-ción de la Universidad Mayor de San Andrés.
EL ACTO DE LA INSTALACIÓN
El día señalado, a las once de la mañana, el ejército nacional abrió calles desde la puerta del palacio de gobierno, que era después el colegio de los jesuitas, hasta la puerta de la antigua iglesia de Nuestra Señora del Loreto, edificio que se destinó para la nueva Universidad. (La Universidad menor funcionaba en el local del colegio de Artes y Oficios, planta baja del convento de San Francisco, posteriormente escuela de niñas “Vicenta Eguino”).
EL Cancelario, doctor José Manuel Indaburu, que más tarde fue obispo de La Paz, a la cabeza del nuevo claustro y todas las demás corporaciones oficiales se dirigió al palacio del Presidente, condujo al general Santa Cruz, sus ministros y generales al local del Loreto, donde todos se colocaron en los asientos que de antemano se les había destinado.
El secretario Luis Monrroy dio lectura a la Ley Ereccional, a la lista de los fundado-res y a los demás documentos del caso.
Después de esta lectura, el Presidente de la República pronunció un extenso y pa-triótico discurso, el que terminó con estas palabras: “Yo, -dijo- que nunca encuentro mejor recompensa, a mis desvelos por la causa de los hombres, que cuando puedo lograr, la plantificación de algún estable-cimiento benéfico, concurro a este acto con inmensa satisfacción y lo recordaré siempre, con agrado. Este día se nos presenta con esperanzas muy lisonjeras y nos promete las bendiciones de la posteridad que contemplará con gratitud el acto en que más se formaron el culto de las ciencias. Yo declaro en consecuencia solemnemente instalada la Universidad de “San Andrés de La Paz”.
El cancelario doctor In-daburu contestó al Presidente con una alocución igualmente patriótica y lle-na de nobles ideales. Y no hubo más discursos. Las corporaciones se retiraron en el mismo orden en que habían venido.
A las cuatro de la tarde, el Cancelario celebró el acontecimiento con un sun-tuoso banquete, en su casa de la calle Bolívar, al que concurrieron el general Santa Cruz, los ministros de Estado, los generales del ejército, los funcio- narios públicos de todos los ramos y los miembros de la Universidad.
LAS CÁTEDRAS
Fueron establecidas diez cátedras, las cuales debían otorgarse sólo por oposi-ción. Estas cátedras eran de gramática cas-tellana, latina: filosofía, literatura, economía política, jurisprudencia, cánones e historia eclesiástica, teología dogmática y pastoral, escritura y moral.
Para que el catedrático entrase a desempeñar sus funciones era necesario que se graduase de doctor en aquella facultad si no lo estaba. Los cursos se abrían el 29 de noviembre de cada año, con excepción del de filosofía en que el nuevo cursó se instalaba cada dos años. Los primeros licenciados que se graduaron en la Universidad Mayor de La Paz fueron los siguientes: en Derecho, José María Galdo (1833); en Teología, Dámaso Murillo (1833); en Medicina, Juan Sanjinés (1842).
Los cancelarios y rectores
Los primeros ciudadanos que han ejercido el cargo de Cancelario o Rector de la Universidad, desde su fundación fueron: Manuel Indaburu, Vicecancelario Rector José María Dalence, Vice Rector Eusebio Gutiérrez y Conciliario José Manuel de Asín.
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