Daniela Wendy Coronel, de 35 años, tenía adherido al vientre una carga de dinamita y amenazaba con matarse. Sin embargo, su madre e hija, de seis años, le suplicaban que no lo hiciera.
“Si no me dan una respuesta favorable voy a entrar a la huelga de hambre, y voy a tomar otras medidas. Estoy armada, estoy con dinamita”, dijo al descubrirse su chaqueta y mostrar el explosivo que tenía en el estómago.
Alegó sentirse perjudicada por la docente asignada quien hace cuatro años que no revisa su tesis, por razones desconocidas. Coronel egresó de la carrera de Trabajo Social, y ahora pide revisión de sus tesis y su posterior defensa.
“Yo tengo mi hija, por ella estoy estudiando, y por ella estoy aquí, es el regalo más bonito que Dios me ha mandado, por ella quiero titularme, dijo sollozando al aclarar que “no estoy pidiendo que me regalen nota, no sé cómo está mi tesis, son cuatro años que estoy siendo perjudicada porque no me lo han revisado”.
La joven dice que ella no es la única universitaria perjudicada, porque hay 35 estudiantes de la misma carrera con el mismo problema.
La mamá contó que la universitaria, incluso, trató de matarse en su domicilio porque se siente frustrada en su profesión “quizá por la rencilla de alguien”.
“Yo no quiero dejarla a ella porque puede hacerse algo, tiene una hija que tiene que velar por ella. Por favor, ¡ayúdenme!”, suplicaba a el Potosí. Ayer por la tarde, la joven fue atendida por las autoridades de la Universidad, y la transfirieron a una unidad académica con el fin de solucionar el problema.
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