Las constantes recaídas de los niños con desnutrición, que se internaban en el Hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel, inspiraron a la responsable del área de nutrición del Centro de Alimentos y Productos Naturales de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Miriam Vargas, para elaborar mezclas inmuno restauradoras, a base de alimentos naturales.
La investigación para restablecer el sistema inmunológico de los niños duró al menos cinco años. Los estudios de los alimentos se realizaron primero en animales.
Luego de esa fase experimental, los productos andinos como la cañahua, quinua y el amaranto fueron probados para elaborar las mezclas inmuno restauradoras.
La fase de aplicación en al menos cinco niños se realizó luego dentro y fuera del hospital. Cientos de menores de edad con desnutrición lograron recuperarse.
Antes de que este proyecto sea aplicado en los pequeños, éstos recibían alimentación dentro del hospital con apoyo de suplementos, pero cuando retornaban a sus domicilios volvían a recaer fácilmente en la desnutrición y eran hospitalizados nuevamente.
Debido a esta situación, Vargas buscó una alternativa para los niños y sus familias, que por lo general son de escasos recursos y no pueden adquirir suplementos que tienen un alto costo.
De esa manera, la investigadora implementó las mezclas inmuno restauradoras preparadas a base de alimentos tradicionales y de fácil acceso en los mercados.
Uno de los problemas que está relacionado con la desnutrición es la pobreza, y tomando en cuenta este elemento la investigadora planteó la utilización de productos de bajo costo en el mercado y de fácil elaboración.
PREPARACIÓN
Una de las etapas más importantes del proyecto fue ayudar a las madres de los niños con desnutrición a preparar las mezclas.
Para este fin se puede usar verduras, pechuga de pollo o frutas que acompañen a estos alimentos, los mismos que pueden ser conservados en harinas y guardados en lugares frescos. Las mezclas son una especie de fórmula que se prepara de manera instantánea.
Los resultados del proyecto fueron positivos y “al cabo de un mes de haber recibido estos alimentos, los niños mostraban una recuperación y aumento considerable en su peso”.
Las enfermeras del Hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel aprendieron a preparar las fórmulas que benefician a los niños internados con el diagnóstico de desnutrición.
El programa fue tan exitoso que el Gobierno Nacional a través del Programa Multisectorial de Desnutrición Cero adoptó las mezclas como parte de la solución a este problema.
Actualmente, no sólo el hospital de tercer nivel en Cochabamba aplica este método para combatir la desnutrición, sino también otros departamentos y provincias del país, donde el índice de esta problemática es alto.
Vargas explica que las mezclas pueden ser además adecuadas a cada contexto, dependiendo de las preferencias alimentarias de los diferentes sectores de la población.
“No es lo mismo hacer una mezcla para niños de la ciudad y para otros del Chapare, por ejemplo. Por eso tenemos distintos tipos de preparaciones”, menciona.
Este proyecto se hizo realidad con la ayuda de la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional (ASDI) que aportó más de 4 mil dólares.
En este proyecto trabajaron biólogos, bioquímicos, nutricionistas y estudiantes de las carreras de alimentos.
EXPERIMENTOS
El laboratorio experimental para el área de alimentos con el que cuenta la UMSS permite hacer pruebas para las investigaciones de alimentos en ratas albinas.
La carrera de Ingeniería de Alimentos cuenta con una infraestructura construida exclusivamente para este laboratorio, en el que más de un centenar de ratas son criadas.
Las nuevas fórmulas y experimentos realizados en la carrera de Ingeniería de Alimentos son sometidos a pruebas en estos animales, durante varios meses, para conocer cuáles son las reacciones.
Cuando se necesita hacer un estudio de alimentos, cierto número de ratas son aisladas en una sala especial para ser estudiadas y conocer sus reacciones con las que se puede mejorar las fórmulas o preparaciones.
El único laboratorio experimental del país
La Universidad Mayor de San Simón cuenta con el único laboratorio experimental del país, con ratas albinas.
En este laboratorio se prueban todo tipo de alimentos que son preparados como parte de investigaciones para conocer las reacciones que tienen los animales.
Para dichas pruebas los animales son aislados.
Pruebas de todo tipo de alimentos
El Laboratorio es también utilizado por varias empresas en el país con el fin de obtener los permisos correspondientes para su posterior comercialización.
Distintos alimentos que se introducen por primera vez a Bolivia deben tener el aval de este laboratorio para ser comercializados en mercados o puestos de venta.
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