Al menos tres pandillas juveniles delinquen en los alrededores de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), según un informe de enero a noviembre de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de esa urbe.
La casa de estudios superiores alteña está rodeada por cinco zonas: Villa Esperanza, Túpac Katari, Huayna Potosí, Villa Los Andes y Villa Tunari, y en éstas andan las pandillas Vatos Locos, LMCD y Los Jodis.
Esta situación acrecienta la inseguridad debido al funcionamiento de bares clandestinos cerca de la universidad, coinciden vecinos y estudiantes entrevistados por este matutino.
Muchos de los pandilleros forman parte de esta universidad y robaron algunos equipos de la "U”, según indicó el supervisor del personal de seguridad de la UPEA, Lucio Quino Conde.
"Hay varias pandillas por la universidad. Lo que nos preocupa es que hay antisociales que son estudiantes”, indicó el ejecutivo de la Federación Universitaria Local (FUL) de la UPEA, Miguel Ángel Tola.
Ante esta problemática, el próximo año se tiene planificado hacer gestiones sociales para evitar la vinculación de los estudiantes con pandillas, informó la rectora interina, Lourdes Martínez.
El guardia privado agregó que la Policía pudo identificar a delincuentes que robaban bienes de esta universidad mediante las cámaras de seguridad. Sin embargo, sólo se detiene a uno o dos malhechores y no a todos los integrantes de la pandilla.
Uno de los dueños de la tienda de la zona, que prefirió mantener su nombre en anonimato, dice que el lugar es muy inseguro y pone como prueba el ataque que sufrió su tienda hace un mes.
"Una noche escuchamos que nos abrían la puerta de la tienda, eran borrachos que querían seguir tomando, bajaron de un taxi y sacudieron las rejas, nosotros gritamos desde la ventana y se fueron del susto”, se quejó.
Tres fueron los casos más representativos que alarmaron a la UPEA; el primero fue la muerte del estudiante de derecho de dicha casa de estudios Abraham Quispe, de 19 años, quien fue asesinado en noviembre del anterior año. Su cuerpo fue mutilado y sus partes se hallaron en bolsas negras en la zona Anexo Huayna Potosí de El Alto.
Otro de los casos ocurrió hace dos meses, cuando se encontró el cuerpo de Rodolfo Nina, de 40 años, quien fue hallado con la cabeza cubierta en una bolsa negra en la zona Parco Pata. La víctima se postulaba para ser parte de la directiva del sindicato de trabajadores de la universidad.
El último hecho sucedió el viernes 29, cuando Blanca Limachi, una joven estudiante de la UPEA, fue secuestrada, vejada y asesinada por sus captores.
Según Martínez, para disminuir el accionar de las pandillas, los tutores o padres deben tener un mayor control sobre sus hijos.
Punto de vista
Henry Baldelomar Dir. de Seguridad Ciudadana
La "U” es un punto de referencia
"La existencia de estas pandillas puede ser el resultado de varios factores. Que no encuentran respuestas adecuadas a las demandas de necesidades de formación por parte de las políticas públicas municipales. A su vez, las pandillas les ofrecen mayor nivel de atención.
La conformación de estos grupos refleja una demanda de contención de jóvenes que son mayormente de familias desintegradas.
Hace más de un año se ha promulgado la ley de la juventud, que debería permitir desarrollar una serie de iniciativas productivas y culturales.
Que las pandillas estén próximas a la universidad es porque ahí están concentrados los jóvenes y probablemente es un punto de referencia de ubicación geográfica.
Muy probablemente ese atributo facilita la organización de estas pandillas”.
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