El hospital Augusto Morales de Mizque es el lugar donde actualmente la médico general Gabriela Olivera pasa sus días realizando su año de provincia.
Hace dos meses terminó la especialidad en cirugía general en el Hospital Médico Quirúrgico Belga.
A pocos meses de culminar con sus estudios en Bolivia, Olivera ya piensa en su próximo paso como profesional. Su meta es trasladarse a Brasil para estudiar la especialidad de cirugía plástica, ya que la formación en está área no existe en el país.
Una verdadera travesía es la que tuvo que pasar Olivera para llegar a obtener la residencia médica.
Al salir de la Universidad Privada del Valle el año 2008 decidió trasladarse a La Paz para estudiar portugués, pues su objetivo siempre fue llegar al Brasil para terminar su formación.
A Gabriela todavía le quedaban unos meses para presentarse al examen de la residencia médica y mientras estudiaba también aceptó un trabajo en la Clínica Los Olivos, en la que colaboró con un cirujano plástico.
En 2011 decidió dar el examen, se postuló y al culminar la prueba le informaron que había obtenido el quinto lugar de los cinco cupos que había para la especialidad de cirugía general, esa gestión.
Sin embargo, la mala noticia le llegó al día siguiente.
“Supuestamente hubo un error en el sistema y en el scanner y me dijeron que otra persona había ocupado el quinto lugar y yo pasé al sexto, es decir perdí la residencia”, contó.
Cuando se enteró de la situación, que le generó mucha molestia, Gabriela decidió migrar a la Argentina.
Uno de sus amigos que estaba estudiando en España la contactó con médicos en la Argentina, que después de un par de conversaciones le dieron la oportunidad de trabajar en un hospital de ese país.
“Mi objetivo era ir a la Argentina y no retornar más, estaba totalmente decepcionada de lo que me había sucedido con la residencia en Bolivia”, señaló la profesional en salud.
Una de las ideas que la había llevado hasta Argentina era ahorrar el dinero suficiente para luego migrar al Brasil, donde pensaba hacer la especialidad de cirugía plástica.
A los pocos días partió a Buenos Aires y comenzó a trabajar casi de manera inmediata.
Su trabajo consistía en atender a todo tipo de pacientes en el hospital Ramos Mejía de Buenos Aires y en una ambulancia.
Comentó que como médico pudo desenvolverse con pacientes de todas las edades, sobre todo en la ambulancia, para la atención médica a domicilio.
“La situación en Argentina para los médicos es muy favorable. Yo trabajaba casi todo el día y toda la semana pero recibía una muy buena remuneración. Comencé a realizar los papeles para convalidar mi título, porque en realidad pensaba quedarme”, manifestó.
Indicó que la demanda de médicos en ese país es alta por la cantidad de población asegurada que existe y la gran afluencia de pacientes a los centros de salud.
RETORNO
Cuando Olivera comenzaba a tomar el ritmo de trabajo en Argentina, una llamada de parte de los responsables de la residencia médica cambió su destino profesional.
Uno de los cinco médicos que había aprobado el examen para cirugía general decidió abandonar el puesto, al mes de haber ingresado, y ese lugar le fue cedido a Olivera.
Pese a contar con un trabajo seguro en la Argentina, la médico decidió retornar a Bolivia e hizo su especialidad en el Hospital Médico Quirúrgico Belga, durante tres años.
Olivera está consciente que no todos los médicos bolivianos tienen la posibilidad de salir al extranjero para terminar su formación.
“Es una pena que la realidad de los médicos sea así y que solamente los que tienen dinero puedan seguir estudiando, yo creo que el sistema en el país puede mejorar si las autoridades se organizan para hacerlo”, agregó.
La profesional tampoco está de acuerdo con el sistema de ingreso a la residencia en el país.
Señaló que las pruebas son demasiado memorísticas y eso le quita la oportunidad a muchos buenos profesionales de poder acceder a la formación en la especialidad.
“Hay profesionales que tienen buena memoria pero eso no significa que sean excelentes, para la residencia se requiere mucho más que eso”, indicó.
Según Olivera, en Bolivia las oportunidades para los médicos son muy reducidas por el hecho de contar con pocos centros médicos e ítems para trabajar.
Manifestó que a diferencia de lo que sucede en otros países, en Bolivia se hace poco trabajo de prevención en salud y eso hace que los residentes no tengan muchos pacientes para trabajar.
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