Carlos López Salinas es uno de los 400 nuevos abogados que ayer realizó su juramento como profesional, en un acto especial desarrollado en el salón Rojo del Tribunal Departamental de Justicia
Se encontraba en una silla de ruedas, que la usa desde sus cinco años después de enfermar con fiebre reumática. Durante los cuatro años de estudio en la facultad de Derecho de la Universidad Mayor de San Simón, su condición no fue un impedimento para cumplir su sueño. Pero, este esfuerzo no fue solo de él, sino de sus padres que superaron cada día no solo las barreras arquitectónicas de la ciudad y de la Universidad, sino que lucharon contra la discriminación en el transporte y la educación. “Yo vivo en Quillacollo y no me querían recoger los trufis. Mis papás me transportaron y cuando no podían me venía en taxi”, dijo
Su papá Gil López contó que debía quedarse durante las clases para ayudarlo a subir ramplas, ir a sus trabajos en grupo y llevarlo a almorzar. “Madrugábamos a las 4 de la mañana para colaborarle a mi hijo, ahora nos ha dado una gran sorpresa”, relató
Clotilde Salinas, madre de Carlos, en medio de lágrimas, recordó que su hijo logró cumplir su sueño. “Nos dimos modos para ayudarle”, señaló
Finalmente el flamante abogado, que se prepara para ser docente y especializarse en derechos humanos, recomentó a los jóvenes a no detenerse y buscar solución a los problemas.
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