Gonzalo Chávez. El director de la Escuela de la Producción y la Competitividad (ePC) de la Universidad Católica Boliviana San Pablo afirma que los centros de especialización en empresas del país tienen que enfocar su atención a la base y no a la cúspide de la pirámide social para contribuir al desarrollo del país. Aseveró que los administradores necesitan aprender que “los grandes cambios que se han hecho en temas empresariales, productivos y económicos se dieron muchas veces en momentos de crisis”.
¿Cuáles son los desafíos que las escuelas de negocios enfrentan este año en Bolivia?
— Nos debemos adaptar a lo que necesita este país. No necesitamos escuelas de negocios para formar grandes empresas, necesitamos que entiendan la lógica y las necesidades de Bolivia, que estén orientadas a los emprendedores. La Escuela de la Producción y la Competitividad (ePC) de la Universidad Católica Boliviana (UCB) San Pablo tiene muchas ventajas porque no solamente imparte conocimientos técnicos, sino también enseña valores y principios. Entonces, para contribuir con este tejido productivo, las escuelas tienen que focalizarse en las pequeñas y medianas empresas (pyme) y en la generación de empleo, tienen que dirigir su interés al tejido de la base social, no solamente en la cúspide de la pirámide. La idea es que tengamos un sector empresarial innovador, creador y emprendedor, pero con una enorme responsabilidad socioambiental. Ese es el desafío central para todos estos centros, formar jóvenes que ya no solamente busquen empleo, sino que lo creen. Esa es la forma de ser parte de una sociedad y contribuir con la formación del país.
— ¿Qué lugar ocupa la tecnología en la capacitación de estos nuevos profesionales?
— Los puntos mencionados anteriormente tienen que ver con innovación tecnológica. Hace muchos años manejamos tres conceptos: el Flipped Classroom o clases invertidas, el Learning by Doing (aprender haciendo) y el aprendizaje en línea. En los tres se aplican las tecnologías. Somos una universidad donde el uso de papel se ha reducido a cero. Todo nuestro manejo de sistema es a través de plataformas virtuales; todos los libros se leen, analizan y discuten gracias a las tecnologías. Estos sistemas permiten que cuando un estudiante ingresa a una empresa pueda ser capaz de desenvolverse con normalidad y ser parte del mundo, pero al mismo tiempo ser local.
— ¿Cómo afrontará la ePC de la UCB el actual contexto económico y social del país?
— Toda crisis representa una gran oportunidad. La reducción de la economía, que todavía no se siente pero que podrían venirse por la baja en los precios de las materias primas, lleva a la ePC a formar gente que no se asuste frente a la crisis, que sepa que en momentos que pueden ser difíciles tienen que empezar a innovar. Los grandes cambios que se han hecho en temas empresariales, productivos y económicos se dieron muchas veces en momentos de crisis. Cuando las personas se quedan sin empleo se ven incentivadas y, sumando a eso el contexto académico, pueden mejorar. Apostamos al capital humano. Los recursos naturales como el gas, los minerales o la soya se terminan en algún momento, pero las ideas de las personas son infinitas.
— Los formatos de enseñanza se han adaptado entonces al panorama económico actual...
— Entrenamos a nuestros estudiantes para resolver problemas de abundancia, pero sobre todo de escasez. Son varios años que como parte de nuestro currículum simulamos crisis que nuestros estudiantes deben resolver. Entonces, ellos están preparados para situaciones económicas negativas y de abundancia.
— ¿Qué es lo que se viene académicamente en éste y los próximos años para estos centros de especialización?
— Se viene el desafío de formar cada vez profesionales con una enorme responsabilidad social, con valores éticos y una formación multidisciplinaria. Se está acabando el mundo de los especialistas, por lo menos en el mundo de la sola administración. Entonces, se tiene que tener una vocación multidisciplinaria de la creación de emprendimientos que permitan surgir a los nuevos profesionales, porque los fenómenos, las empresas, los temas sociales, los desafíos son cada vez mayores. Las universidades tienen que adaptarse a la globalización, a esos cambios, a la innovación y a la tecnología mundial.
— ¿Qué ventajas y desventajas tiene en el mercado laboral internacional el profesional que se gradúa de una escuela de negocios de Bolivia?
— Podemos decir con orgullo que muchísimos de nuestros egresados están trabajando en organismos internacionales y nacionales, porque formamos alumnos capaces de no olvidar de dónde vienen. Con eso demostramos que nuestros estudiantes tienen gran capacidad para ser competentes en el mercado internacional.
— ¿Cuántos profesionales se graduaron de la escuela de la UCB, cuántos son hombres y cuántas mujeres?
— En maestrías son 1.240 graduados, en licenciaturas 80 y técnicos medios unos 40. Las licenciaturas están desde hace ocho años y (las carreras de) técnico superior desde hace cinco. En el caso de equidad de género, una gran cantidad de mujeres ha entrado a nuestro programa. Diría que en las maestrías la proporción es de aproximadamente 60% hombres y 40% mujeres. Pero en carreras como Negocios Internacionales hay más mujeres que hombres. De acuerdo con un estudio del Global Entrepreneurship Monitor (del BID), en gran parte de los negocios hay más emprendimientos desarrollados por mujeres y esto implica una mayor formación. A nivel general, en promedio, la mitad de los estudiantes de maestrías y licenciaturas son mujeres. (Sin embargo), el gran desafío de la equidad no solo está en entrenar, sino en enfrentarse al mercado laboral. Ahí todavía no podemos hablar de equidad. Hemos mejorado en educación, pero en el mercado de trabajo todavía hay discriminación.
Perfil
Nombre: Manuel Gonzalo Chávez Álvarez
Profesión: Economista
Cargo: Director de la ePC
Investigador y experto en política económica y social
Obtuvo su título de Economista en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC/RJ). Posee además un doctorado en Reforma Regulatoria y Capitalización de la Universidad de Manchester (Inglaterra) y maestrías en Administración Pública de la Universidad de Harvard, en Política Económica de la Universidad de Columbia y en Economía y Relaciones Internacionales de la PUC/RJ. Fue director del Programa de Maestrías y del área de Coordinación del Proyecto Conjunto de Recursos Humanos para el Desarrollo, cargos que entre otros desempeñó en la Universidad Católica Boliviana (UCB) San Pablo. Ejerció también como Subsecretario de Energía e Hidrocarburos y Director de Política Económica y Social a cargo de la Estrategia Nacional de Desarrollo en el Ministerio de Planeamiento y Coordinación entre 1993 y 1994.
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