Un contrato claro que estipule todos los costos que debe cubrir el estudiante, en el momento de la inscripción en las universidades, puede evitar futuras sorpresas desagradables.
En menos de dos años son tres las universidades que quedaron suspendidas, primero la Tawantinsuyu, en 2014, y ahora la Saint Paul y la Doxa. Los estudiantes de estas tres casas de estudio ahora están perjudicados por elegir la universidad equivocada o por confiar en la buena fe de los administradores.
Precisamente, para evitar estas situaciones los expertos, al igual que el Ministerio de Educación, aconsejan establecer un contrato claro y detallado en el momento de las incripciones.
De acuerdo con el Ministerio de Educación, el contrato de incripción entre el estudiante y la casa de estudios superiores debe detallar todo lo que obrece la universidad. “El contrato ideal, en este caso, debe establecer si hay laboratorios, seminarios u otro tipo de ofertas académicas, además tendría que contemplar todo el consto total de la carrera para evitar que posteriormente se hagan otros cobros”, aconsejó Heinz Copa, abogado.
Tampoco está demás solicitar información al Ministerio de Educación sobre la universidad que se eligió.
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