La Escuela Militar de Ingeniería (EMI) busca impulsar la robótica desde su "búnker”, un laboratorio especializado en esa materia. En los tres meses de funcionamiento, pasaron por este espacio más de 50 personas entre estudiantes, tesistas, docentes e investigadores.
Uno de los objetivos que se plantearon los impulsores para edificar este "refugio tecnológico” -comentan- es contribuir al prestigio de la EMI, con el fin de que esta casa de estudios superiores se convierta en un referente en el ámbito.
"Lo que nos interesa dentro de la EMI y del laboratorio es darle más a la sociedad mediante la tecnología. Queremos que la gente sepa que la EMI es parte de la sociedad”, afirma el ingeniero Germán Pereira, uno de los dos responsables del laboratorio y quien es especialista en sistemas embebidos y microprocesadores.
Junto a este profesional trabaja el ingeniero Marcelo Saavedra, quien está a cargo de la coordinación y puesta en marcha del laboratorio. Saavedra tiene especialidad en inteligencia artificial y robótica. A ellos dos se sumó hace poco la ingeniera Carolina Silva, quien maneja la parte de "automatización y control”.
La entrevista
Antes de comenzar la charla con este periodista, en uno de los tres mesones de este espacio, los dos ingenieros muestran un prototipo robótico: es de tipo humanoide, de 30 centímetros aproximadamente. Luego de encender un interruptor, en la parte trasera de éste, y después de un par de aplausos, el robot se inclina y hace un par de flexiones.
"La robótica es la ciencia actual que está causando un boom en todo lado. Desde los niveles más básicos, escuelas y colegios. Ya no es tan alejado como en nuestros tiempos, que nosotros lo veíamos en la tele”, asegura Saavedra.
Uno de los principios que utilizan en este centro de investigación es el de la ingeniería inversa. Cuentan con 10 robots humanoides, ocho drones y demás piezas importadas para que, una vez armados, los estudiantes -y los mismos docentes- puedan aplicar lo aprendido en prototipos propios.
En la actualidad, como resultado de esa forma de trabajo, cuentan con modelos en desarrollo de un robot bípedo, que ya se mueve con sus extremidades inferiores, y de un par de drones.
Impresoras 3D
Además, en este espacio están en proceso el diseño y fabricación de sus propias impresoras 3D. El objetivo que buscan con estos aparatos es producir sus propias piezas; y, de esa forma, quieren lograr "una independencia” al momento de elaborar sus desarrollos tecnológicos.
"Aquí se viene a hacer robots, no se viene a aprender electrónica ni a aprender mecánica”, puntualiza Saavedra.
Para que la puesta en marcha de este laboratorio sea posible, Pereira y Saavedra afirman que pesó mucho "la confianza” de las autoridades de la EMI, encabezadas por su rector Álvaro Ríos; además del apoyo del coronel Julio César Narváez, jefe del Departamento de Informática; del coronel Alejandro Casso, director de la Dirección Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología; y del jefe del Departamento de Ciencias Tecnológicas, coronel Veneros.
Punto de vista
Willmar Pimentel
Bolivia Tech Hub
"Es la génesis de un proceso”
La existencia de estos espacios permitirá mejorar la calidad competitiva de los estudiantes de cara a futuros eventos de índole mundial en robótica, pero también permitirán tener espacios que inspirarán a los colegiales a construir mejores modelos y disponer de tutores con un buen know-how que permita mejorar sus modelos.
La inversión actual de la EMI debe ser vista como la génesis de un proceso de mediano plazo, donde este espacio colabore con los jóvenes participantes de la Olimpiada de Robótica para expandir sus talentos y a la vez favorecerse a futuro de ellos como potenciales estudiantes, que sin duda harán más y mejores cosas que sus tutores universitarios.
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