Los estudiantes brasileños en Cochabamba practican un turismo denominado a largo plazo porque tienen una residencia semipermanente y, por ende, dejan un aporte económico importante para la región, afirmó el docente universitario e investigador Fernando Salazar.
El sociólogo y del Instituto de Estudios Sociales y Económicos de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) señaló que los estudiantes brasileños llegan a Cochabamba con bastante dinero.
Cada universitario de ese país invierte como promedio, según Salazar, unos 2.000 dólares cada mes en el pago de su colegiatura, la compra de material académico, el alquiler de la vivienda y la alimentación, entre los aspectos más importantes.
El dinero que aportan los estudiantes brasileños se constituye en uno de los ingresos más fuertes que ha tenido Cochabamba en el rubro de turismo.
“Este turismo puede llegar a competir con el que se realiza en el Salar de Uyuni (Potosí), por ejemplo. Así de grande es esta actividad”.
Salazar calculó en un poco más de 50 millones de dólares por año el dinero que dejan los miles de estudiantes brasileños que están inscritos en las universidades de Cochabamba y residen en esta ciudad.
Los millones de dólares se invierten directamente en la región. Se benefician desde el propietario que alquila su departamento hasta las personas que tienen su tienda o almacén o quien vende ropa o alimentos.
“A todos nos llega y hasta a nosotros, los docentes de las universidades”, puntualizó.
Tiquipaya, por ejemplo, floreció gracias a los estudiantes brasileños, porque muchos de los propietarios de viviendas en esa población alquilaban cuartos.
Los habitantes de este municipio tuvieron que adecuarse a su cultura, “porque eran jóvenes bulliciosos y alegres, pero no pandilleros, como se los acusa”.
Además de los brasileños, a Cochabamba llegaron estudiantes de Perú, Chile y Paraguay.
Un cuarto en Tiquipaya era alquilado por 100 dólares a los brasileños que estudiaban en Univalle.
El rubro inmobiliario comenzó a crecer en este municipio, donde se construyeron edificios para atender la gran demanda de los estudiantes brasileños, quienes optaron después por trasladarse a Cochabamba, especialmente a la zona norte.
Estos jóvenes alquilan en la actualidad departamentos en la avenida América, en inmediaciones de la plaza 4 de noviembre, cerca de las universidades privadas que tienen las carreras de medicina y odontología.
“Son chicos muy aplicados y luchadores y sus padres en Brasil hacen grandes esfuerzos para que sus hijos estudien”.
Muchos de los estudiantes que llegan a Bolivia provienen de familias pobres y, en algunos casos, se quedan a vivir en el país, una vez que terminan su carrera o en caso de formar una familia.
La mayoría -según el investigador- está solamente de paso y después de estudiar un par de años en Cochabamba decide retornar a su país.
CRECIMIENTO
Salazar señaló que la comunidad de brasileños (principalmente estudiantes) aumentó desde los años 80, a partir de los convenios Andrés Bello y del Mercosur, en el ámbito educativo.
Recordó que a finales de los años 80 y principios de los 90 empezaron a llegar jóvenes desde Brasil para estudiar medicina, sobre todo aquellos que vivían en las zonas fronterizas con el país.
“Ingresar a estudiar medicina en Brasil es casi imposible, por lo que muchos optan por salir a los países que les otorgan ciertas facilidades, entre ellos Bolivia”.
En un principio, los brasileños venían para entrar en la Universidad Mayor de San Simón, pero como no todos lograban aprobar el examen de ingreso, optaron por estudiar en una universidad privada, la primera que apareció fue Univalle.
Esta universidad logró captar ese mercado de brasileños que requerían estudiar en el país y les brindó las oportunidades para formarse.
A inicios de los años 90 llegaron a Bolivia, y especialmente a Cochabamba, cientos de estudiantes brasileños, a quienes las universidades les brindaban todas las facilidades posibles, entre ellas la posibilidad de alquilar departamentos o viviendas para que puedan vivir.
DATOS PARA TOMAR EN CUENTA
Viven en la zona norte de la ciudad
La presencia de miles de brasileños en Cochabamba generó el surgimiento de una especie de enclaves, donde ellos residen. Por ejemplo, Tiquipaya fue en su momento el lugar elegido por estos estudiantes, pero ahora han migrado a Cochabamba, al norte de la ciudad.
La Llajta no tiene un plan de turismo
El docente investigador Fernando Salazar observa que Cochabamba no tiene un plan de atención en turismo para los estudiantes brasileños, de apoyo y acompañamiento. “Al contrario, todo es multa y extorsión, de parte de algunos policías. Viven una situación de maltrato”.
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