Algunas mamás llevan dos mochilas en los hombros, una es la suya y otra la de su hijo o hija. Otras cargan a sus niños en aguayos o empujan coches en los que llevan a sus bebés, las pañaleras y alimentos, además de sus textos y cuadernos. Todas ellas son estudiantes universitarias y también madres.
Estas escenas se observan todos los días en el ingreso a la guardería universitaria Libertad, la que administra la Federación Universitaria Local (FUL) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). Este centro se fundó el año 2003 y en la actualidad ocupa ambientes en la Facultad de Ciencias y Tecnología.
Son pocos los papás que llevan a los niños, la mayoría es mamá. Estas mujeres destacan la importancia de contar con una guardería que les permite dejar de lado el impedimento de estudiar por su condición de madres. La guardería les cobra un boliviano por cada hora académica (es decir, una hora y media que corresponde a dos períodos de 45 minutos).
El lugar tiene un ambiente amplio en el que acondicionaron una sala principal y seis más donde están los niños según su edad. Por fuera, el área es de tierra. Los niños, de distintas edades, se hacen amigos y se saludan desde que se ven afuera.
La administradora de la guardería, Evelín Flores, detalla que en este centro infantil, la jornada empieza a las 06:45 horas, con el horario de la primera clase en la universidad, y concluye a las 21:45, con la última hora universitaria.
Los sábados el horario es de 8:00 a 11:30, en la mañana.
Flores explica que tienen 257 niños, de entre tres meses y 10 años de edad, inscritos. Se trata de una población ambulatoria, que ingresa en diferentes horarios, según la actividad estudiantil de sus padres. “A veces los mismos pueden venir una semana, aparecen luego de un mes y constantemente hay la inscripción de un niño. A veces no vuelven”.
Mientras la administradora explica el funcionamiento de la guardería no descuida su trabajo y realiza algunas llamadas, tomando números del registro de papás y mamás. Comenta que a algunos niños les cuesta quedarse el primer día. Marca el número de una universitaria: “Señora Marisol, su niño está llorando mucho”.
La mamá está en plena clase y asegura que irá con prisa para ver a su niño.
Hay quienes dejan a sus hijos por algunas horas y otras por varias.
Mónica Tapia cursa los semestres octavo y noveno de la Carrera de Contaduría Pública, en la facultad de Economía. Es mamá de tres niños y el más pequeño tiene tres años. Acaba de dejarlo en la guardería y se va apresurada para llegar a sus clases de las 11:15. Sus hijos mayores también fueron atendidos en la misma guardería, hace años.
“Me ayuda mucho, me permite ir a pasar mis clases y dejarle en un lugar seguro, porque alrededor (de la universidad) la guardería cuesta 8 bolivianos la hora y, en cambio, aquí nos cobran un boliviano. Por ejemplo, hoy voy a pasar clases y pagaré dos bolivianos, a lo mucho tres, afuera me sale 24 bolivianos, o sea 300 por ciento más, por el mismo tiempo”.
La universitaria explica que su economía se ve afectada cuando hay problemas, por paros u otros, porque si la guardería se cierra implica gastos adicionales, en su caso, de hasta 80 bolivianos en tres días, cuando ese monto le permite solventar dos meses en la guardería Libertad.
“Con los niños no se puede estudiar. Hay mamás que vienen desde (la facultad de) Medicina. No estudiarían muchas si no hubiera guardería. Yo, mire, ¿de dónde voy a sacar tanto (dinero)?”.
Mientras Mónica se va a su aula en Economía, otras mamás están en la oficina de ingreso recogiendo o dejando a sus hijos, luego de pagar con monedas y firmar un registro.
- “¿Te dejaré, por favor?”, pide una mamá que lleva a su niña del brazo.
- “¿Qué se llama?”, pregunta la administradora.
- “Antonella”, responde la universitaria.
La niña ingresa a su curso y la mamá sale.
En los letreros de recomendaciones resalta más la frase de “compañero universitario” que la de “señor padre o madre de familia”.
La administración recomienda cumplir con los horarios y no dejar a los niños por mucho tiempo.
Hay cuatro educadoras y 31 becarias a cargo de los niños, cuyos sueldos son pagados con del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).
Con el IDH perciben recursos gobernaciones, alcaldías y universidades por la explotación de hidrocarburos.
Las voces de los niños se oyen desde afuera. Mientras unos llegan y se acercan rápido a la puerta pequeña para ir a sus salas, otros salen del brazo de sus padres o envueltos en aguayos, como el bebé de cinco meses de Nelly Soliz. Es su cuarto hijo y ella reconoce que el centro es de gran ayuda. “Es una oportunidad para mí, no sabría dónde dejarle. Solo le dejo una hora para ir a pasar clases”.
Apuntes
Las salas y actividades
* Sala 1 (tres meses a un año): estimulación temprana para que los niños puedan caminar.
* Sala 2 (uno a dos años): actividades de motricidad, hay juegos.
* Sala 3 (dos a tres años): los niños reconocen los colores, tienen buen manejo y desarrollo psicomotriz.
* Sala 4 (tres a cuatro años): cada niño tiene su cuadernillo, pintan, utilizan plastilina.
* Sala 5 y 6 (mayores de cuatro años): se realiza más trabajo de apoyo escolar. Las educadoras les ayudan con
las tareas.
Falta agua
En la guardería utilizan agua de un pozo de la Facultad de Arquitectura, el baño está descompuesto y a veces el agua sale turbia. Utilizan botellones para garantizar la higiene.
Infraestructura
Es necesaria una refacción de la guardería para brindar mayor comodidad a los niños. Existe carencia de material escolar.
Externos pagan más
La guardería Libertad también acoge a niños externos, es decir hijos de padres de escasos recursos que no estudian en San Simón. Ellos pagan dos bolivianos por hora.
La transición y la promesa
El 10 de junio se realizaron las elecciones para la dirigencia de la FUL y ganó un nuevo frente, Fuerza U.
Esto alertó a los encargados de la guardería y a los papás, porque la Unión Revolucionaria de Universitarios Socialistas (URUS), que fundó la guardería, salió de la Federación Universitaria.
Sin embargo, el ejecutivo de la FUL ya posesionado, Amadeo Camacho, garantizó la continuidad del centro Libertad. Incluso comprometió mejoras.
“Nosotros vamos a hacer que la guardería se equipe más, que funcione, porque la guardería es un beneficio para los estudiantes que tienen familia, que tienen hijos. Es una ayuda y no la vamos a perder”.
Fuerza U anunció que elaborará una agenda de trabajo para hacer trabajos de refacción. Pidió a los papás que no tengan preocupación y que, más bien, les ayuden con ideas para mejorar el centro.
Madres universitarias de San Simón tienen entre 20 y 42 años y Gobierno ofreció ayuda
Madres jóvenes y mayores, de entre 20 y 42 años, son las que están registradas en las listas de la guardería libertad, de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). El presidente Evo Morales anunció que este grupo de mujeres que tienen hijos deben seguir estudiando.
Hoy, conforme a las listas de la guardería Libertad, hay mujeres universitarias en San Simón que tienen entre uno y cuatro hijos.
Conforme a un estudio publicado por Erbol, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa específica de fecundidad por edad en Bolivia hace énfasis en el grupo de 20 a 30 años. En 2015, la tasa global de fecundidad, en mujeres bolivianas de 15 a 49 años, alcanzaba a tres hijos por mujer al final de su vida fértil. En 2025 se prevé que el número promedio sea de 2.5 hijos.
Los datos coinciden con las edades de las mujeres que estudian en la universidad.
En marzo de este año, según una publicación de Página Siete, el presidente Evo Morales dijo que el hecho de que muchas mujeres realizan la carrera universitaria con hijos es una realidad y “un problema que hay que atender”.
En aquella oportunidad, Morales mencionó que algunas Federaciones Universitarias Locales (FUL) del país le pidieron guarderías.
Expresó entonces: “Hay chicas que tienen a su bebé y quieren estudiar, y cuando van con sus hijos a la universidad a veces están atendiendo (en las clases) y a veces están atendiendo al niño que está llorando”.
Ante estos temas, el Gobierno inauguró guarderías en la Universidad Amazónica de Pando (UAP), en septiembre de 2015, y en la Universidad Técnica de Oruro (UTO), en abril de este año. También tienen guardería en las universidades públicas de La Paz y Sucre.
En las universidades privadas que existen en Cochabamba no hay sitios donde puedan cuidar a los hijos de los estudiantes.
Opiniones.
Noemí Campos
Estudiante Psicología
Son cuatro meses que le traigo a mi hijito de dos años. A mí me gusta, me ayuda bastante la guardería. Hace poco me ha perjudicado que se cierre unos días porque no les han pagado a las becarias de IDH. (...) Si tengo puentes (tiempo sin clases) prefiero quedarme aquí a ir a mi casa o perderme en otro lado. Soy casada y mi esposo trabaja.
Karina Butrón
Educadora guardería
Estoy haciendo mi modalidad de graduación en la guardería para tener mi título de la Carrera de Lingüística. Empecé como becaria durante la gestión 2014 y ya tengo bastante experiencia con los niños. Ahora quiero terminar mi carrera y obtener el título con el proyecto de grado de la enseñanza de inglés a los niños de las salas 4 y 5.
Evelín Flores
Adm. Guardería
Se les ayuda a los estudiantes. Si no hubiera guardería sería complicado. Aquí hay confianza, hay compañerismo entre las chicas. Pero, a los papás también se les recomienda que cuando dejan a sus niños todo el día, vengan por lo menos un momento a visitarles, para que los niños no estén todo totalmente institucionalizados prácticamente.
Daniela Hinojosa
Becaria IDH
Estoy hace un mes y medio acá. Cuido a los niños, les cambio, les doy de comer. Estudio pedagogía, me encanta. Mi trabajo es tratar con la gente y me gusta estar con los niños. Además, me ayuda profesionalmente. Nos pagan 900 bolivianos al mes, pero sí tardan un poquito. Vengo cuatro horas, desde la madrugada, 06:45, hasta las 10:45.
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