La Universidad Privada Boliviana (UPB) organizó encuentros con empresarios de Santa Cruz y Cochabamba, en las que a través de las charlas magistrales, a cargo de dos expertos internacionales, propuso al sector alinearse a un enfoque de desarrollo sostenible, de triple línea de base, que tome en cuenta el cuidado no sólo del factor económico, sino también del social y el medio ambiental.
Lo eventos se realizaron en la capital cruceña, inicialmente, y se continuó en la capital cochabambina, donde el presidente del fondo de fideicomiso internacional VIVA Trust, Roberto Artavia, y el director de proyectos del Índice de Progreso Social en Mesoamérica, Javier García, expusieron el tema “Competitividad, sostenibilidad y progreso social en Latinoamérica: el caso de Bolivia”.
Durante su presentación, Artavia mostró los indicadores de competitividad y de balance ecológico de los países de la Latinoamérica, y manifestó que el problema en la región no es la falta de recursos naturales, sino mantener un balance ambiental y un manejo adecuado y equitativo de los mismos, comprometiéndose con los que menos tienen.
Frente a este desbalance manifestó que es necesario cambiar la mentalidad tanto de los gobernantes, como la de los empresarios.
Las empresas requieren de la naturaleza energía, aire, materiales, agua, tierra y a cambio le devuelven calor, gases, desechos, aguas contaminadas y disrupción del hábitat, advirtió el experto.
Destacó que Bolivia sea una de las pocas naciones con balance ecológico positivo en el mundo, sin embargo lamentó que no sea así en el tema de competitividad, en el que ocupa el puesto 121 entre 138 países, y donde sus indicadores vienen decreciendo en los últimos años, en vez de mejorar.
De acuerdo al ranking del Foro Económico Mundial de Competitividad, Bolivia figura en el puesto 103 en cuanto a “requisitos básicos”, relacionados a la institucionalidad, infraestructura, ambiente macro, además de salud y educación primara; el 120 como “promotores de eficiencia”, referida a la educación técnica y superior, mercado de bienes de libre comercio, mercado laboral, desarrollo de mercados financieros y capacidad tecnológica entre otros; y el 132 en “ambiente para la innovación y estrategia sofisticada del negocio”.
En este contexto, el Presidente de VIVA Trust propone un cambio en la política empresarial y de competitividad boliviana, transformación que en un 51% estaría en las manos del sector privado y el resto en las del Gobierno, con el que debe negociar.
A su turno, en el evento de la UPB, Javier García mencionó que el crecimiento económico de la mayoría de los países de la región no está beneficiando a la gran mayoría de la población, por lo que -indicó- apuntar a un desarrollo sostenible inclusivo, que llegue a todos y se preocupe principalmente por la salud y la educación, donde las empresas piensen en modelos de negocios y sistemas innovadores que garanticen que la riqueza que se genera tenga impacto social y calidad medio ambiental.
Artavia observó la desigualdad en la distribución de la riqueza en Bolivia y mostró datos e indicadores que reflejan que apenas el 20% más rico de su población acumula el 50% de la riqueza.
“Lo que se necesita en la región es mayor equidad, solidaridad y felicidad”, señaló al sugerir diversas acciones para llegar al progreso social, material y ambiental, como la de recuperar la confiabilidad de la población, reducir la corrupción y la inmunidad, trabajar en la institucionalidad, en la innovación, adaptarse a los cambios tecnológicos, incluir a los jóvenes (millennials) en las toma de decisiones, excelencia y eficiencia operativa, revolución educativa, emprendimiento, y mantener un acervo de valores arraigados como el respeto, la solidaridad y la honestidad, entre otros.
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