La actual autoridad de esta casa superior de estudios llegó al rectorado con una aceptación del 92%, aspecto que le permite el apoyo de la comunidad docente y estudiantil, para que en tres años pueda lograr hacer gestión académica en beneficio, no solo de la población estudiantil y docente, sino, sobre todo respondiendo a la demanda de la sociedad alteña y de las provincias.
“Uno de los puntos fundamentales que perseguimos es la estabilidad administrativa financiera y académica, porque ya no queremos tener una universidad paralizada, en permanente bloqueo, huelga o situación de conflicto, por lo que buscamos que esa estabilidad se mantenga en el ámbito financiero. En segundo lugar, se tiene como finalidad de que esta unidad pueda hacer una revolución académica con la finalidad de ser competitivos, más aún cuando algunas personas o instituciones hacen juicios de valor a la institución, por lo que estamos convencidos que una de las tareas que tenemos es generar un escenario de aprendizaje de calidad de titulación efectiva, pero sobre todo de inserción laboral”, detalló Medrano.
En consiguiente, si bien a nivel de la primera autoridad de la universidad se busca que los estudiantes deban pasar clases de forma regular, respondiendo a ámbitos exigentes para que sean profesionales competitivos y que una la vez concluido su proceso de formación permita tener las condiciones necesarias para que lleguen a la titulación y al mismo tiempo a una fuente de empleo.
El rector Medrano reconoce que aún uno de los principales problemas que la universidad debe enfrentar, la crisis económica, se debe a dos factores identificados que han permitido incidir en el problema.
“En primer lugar, debemos reconocer que en pasadas gestiones se ha tenido una mala administración, de la universidad producto de esta inestabilidad de autoridades que se han ido cambiando cada año, porque hasta la fecha se han tenido 22 rectores en 18 años, eso significa que es un record, pero de forma negativa. En segundo lugar, hemos tenido una discriminación por parte del Gobierno, porque en los últimos cinco años nuestro presupuesto ha sido congelado, porque solo en este año por la movilización que se ha tenido se ha designado 70 millones de bolivianos, de forma regular al presupuesto que nos designan y si bien estos recursos ayudan, no son suficientes, es por eso que nosotros vamos a trabajar en dos caminos, como es el saneamiento de la parte interna, haciendo una reorganización administrativa y clarificar nuestra responsabilidad en los casos de la mala administración que se ha tenido, razón por la que nosotros buscamos transparentar las cuentas a la población y sobre todo que se sepa la situación financiera de la universidad”, explicó.
En la actualidad la UPEA tiene un déficit que oscila en 35 millones de bolivianos, aspecto que permite ser muy modestos en el gasto, pero somos conscientes de que tenemos que solucionar el problema administrativo interno, pero después será que tenemos que plantear los requerimientos al Estado.
La nueva autoridad es quien ya pidió mediante carta un acercamiento con el Gobierno sin condiciones, donde le solicitan que pueda atender los requerimientos de una universidad joven, que en estos momentos supera los 50 mil estudiantes, pero que funciona con un presupuesto de 35.000 estudiantes, añadió.
“En este momento el Gobierno le debe a la ciudad de El Alto el lugar donde está, porque el 2003 fueron los estudiantes de la UPEA y la ciudad de El Alto los que encaminaron el proceso de transformación y en esta universidad es donde estudian los hijos de los alteños. Le recordamos al Gobierno esa deuda histórica que tiene con esta ciudad”, concluyó.
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